Acusaciones de dopaje, conspiraciones arbitrales… y la tensión sigue subiendo

«A veces parece que hay impunidad en según que sectores. El club ha actuado y nos parece muy bien. A veces se hablan cosas sin sentido y son mentiras muy gordas. Tengo la sensación de que se están sobrepasando unos límites.» Así se manifestaba hoy Xavi sobre las acusaciones de dopaje que se han vertido sobre el Barcelona y el Valencia en los últimos días.

Una vez más, se está elevando la temperatura en el corrillo futbolístico español. Por si el nivel no estaba suficientemente alto, es por todos conocida la supuesta información que desveló la cadena Cope en los últimos días acerca de una reclamación que, según había llegado a sus oídos, iba a realizar el Real Madrid solicitando mayor dureza en los controles antidopaje por algunas posibles irregularidades en los medios empleados por Barça y Valencia en años anteriores.

Esta acusación, lanzada sin desvelar fuentes ni citar la más nimia de las acusaciones, ha levantado ampollas en todo el fútbol español siendo objeto de todo tipo de críticas no sólo por parte de los acusados, sino también de varios medios de comunicación, aunque en menor medida de la que quizá sería recomendable en este último caso. Pero también ha generado un debate y unas suspicacias que manchan el buen nombre de dos históricos de nuestro fútbol.

Es real que se ha generado un debate a pie de calle. Un debate sin fundamento, que casi no es debate porque no se cuestiona directamente la honestidad de los implicados, sino que está basado en los «no me extrañaría que…» o «viendo como corren cualquiera diría que…» Y esto es tan cierto como que hace una semana nadie se plantearía estas cuestiones, que ya han humillado la credibilidad de instituciones y futbolistas basándose en nada.

Porque al final no había nada y la propia Cope ha emitido un comunicado disculpándose por estas acusaciones, lo que no ha impedido la denuncia del F.C. Barcelona del mismo modo que tampoco puede eliminar la mácula que ha dejado sobre Barça y Valencia, sus futbolistas, preparadores y médicos, y el fútbol y el deporte español en general.

Aún así, si bien seguramente los medios no vuelvan a lanzar esta acusación, lo que parece seguro es que no dejarán de hablar de los supuestos favoritismos arbitrales y las conspiraciones judeomasónicas a que ya nos tienen acostumbrados, y que en sus propias tertulias han provocado ya que un ex-árbitro como Juan Andújar Oliver haya montado en cólera con sus propios compañeros de debate.

Una vez más, el libertinaje periodístico que impera sistemáticamente en nuestro país demuestra su inigualable capacidad para rebozarse en los lodazales de inmundicia más bajos, buscando la venta fácil y la defensa de sus intereses partidistas. Pero lo más triste es que consigan arrastrar a los demás consigo.

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