Conociendo un poco más a Garbiñe Muguruza Blanco

En este Masters de Miami que acaba de finalizar, la atención mediática en España se la han vuelto a llevar de forma mayoritaria los grandes nombres de la Armada como Nadal, Ferrer, Almagro y compañía. Sin embargo, una chica de 18 años ha sido capaz de robarle protagonismo a estos cracks. Su nombre es Garbiñe Muguruza Blanco que alcanzó los octavos de final en este torneo.

Para llegar a esa ronda la española consiguió dos victorias de gran prestigio ante Vera Zvonareva y Flavia Pennetta, toda una gesta para una jugadora todavía en edad juvenil que disputaba su primer torneo de este nivel después de haber recibido una wild card de la organización. Agnieszka Radwanska, a la postre ganadora del torneo, puso fin al sueño de Muguruza a la que queremos conocer un poco más ya que está llamada a dar que hablar en el futuro en el circuito femenino.

Garbiñe Muguruza Blanco nació en octubre de 1993 en Venezuela, lugar de nacimiento de su madre. Su padre es español y aunque Garbiñe vivió en Venezuela los primeros años de su vida siempre ha jugado bajo nacionalidad española. Ella forma parte de la hornada de tenistas jóvenes españoas en la que también están, por ejemplo, Laura Arruabarrena o Paula Arias, en las que los entrenadores españoles tienen puesta mucha fe de cara al futuro y también los aficionados que buscan una nueva estrella joven en el tenis femenino español que no acaba de llegar pero que debe ser buscada con mucha calma y sin presionar a estar jóvenes tenistas a las que todavía les queda mucho trabajo por delante.

La formación de Garbiñe comenzó en la academia de Sergi Bruguera en Barcelona aunque ahora trabajo en el Grupo Elitia bajo la supervisión de prestigiosos entrenadores como Xavier Budó que también llevan a Maria José Martínez, Carla Suárez, Nuria Llagostera y otras de las mejores raquetas femeninas del tenis español. Además, forma parte del Peugeot Tenis Team, un programa en el que figuras como David Ferrer o Nico Almagro tutelan a jóvenes promesas.

Desde el punto de vista tenístico, todo el mundo coincide que se escapa de lo que se espera habitualmente de una tenista española. No es que a ella le falten dosis de algunas de las mejores capacidades de las españolas como garra, espíritu de lucha o capacidad para jugar en tierra batida, pero su juego no se adapta por completo a ese patrón. Buena culpa de ello puede ser su físico. Su 1,80 le otorga capacidad para disponer de un buen servicio y capacidad para jugar peligrosos golpes planos, un juego que la convierte en una peligrosa rival especialmente sobre pista dura.

Durante su trayectoria deportiva, la española ha sido una habitual a la hora de apuntarse los títulos de campeona de España en cada categoría de formación. Como es normal, por el momento sus triunfos se ciñen al circuito ITF. Su primero título llegó en el ITF de Vic en el año 2008 y a partir de ahí han llegado triunfos en torneos como el de Torrent, Cáceres, Mallorca o Vinaros.

Esas victorias y los buenos resultados en otros torneos internacionales llevaron a la española a colocarse cerca del puesto 200 del ranking WTA lo que le otorga la posibilidad de comenzar a jugar rondas previas de torneos más prestigiosos, algo que está haciendo en este 2012 en lo que significa un paso más en su carrera deportiva.

En torneos como el de Monterrey o Acapulco no pudo avanzar demasiado pero cuando tenía previsto seguir en torneos ITF llegó la oportunidad de disputar este Masters de Miami, una oportunidad que no ha dejado escapar con un fantástico rendimiento que le ha permitido conseguir puntos suficientes para situarse cerca del 150 del ranking.

A partir de ahora, tendremos que seguir atentos a la evolución de la tenista española aunque sin querer ya que sea la nueva Arantxa o Conchita del tenis español, una comparativa que gusta hacer en exceso en España y que ya ha hecho bastante daño a muchas jugadores jóvenes.

Foto | WTA

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