España en la Eurocopa: 1996, Inglaterra, cuartos y unos funestos penaltis
La UEFA decidió dos cosas de cara a la Eurocopa de 1996. La primera, que se jugara en Inglaterra, y la segunda, la ampliación a dieciséis equipos. Así pues, era improbable que sucediera lo que sucedió para la Eurocopa de 1992 y que España se quedara fuera del torneo, una España que con Javier Clemente en el banquillo venía bastante crecida y pensando que podía ser capaz de todo.
El equipo había hecho un buen torneo durante el Mundial de Estados Unidos de 1994. A pesar de que nos clasificamos de milagro, ganando a Dinamarca en Sevilla con un gol de Hierro en el último partido, durante el Mundial no se alcanzaron las semifinales porque se cayó ante Italia en cuartos de aquella manera. Y en el grupo se afianzaban algunos de los jóvenes que lideraron al equipo nacional al éxito olímpico en Barcelona 92: Abelardo, Amavisca, López, Kiko …
Otra vez Dinamarca se cruzaba en el camino durante la fase de clasificación, aunque el aumento de equipos hacía que no sólo pasase el primero sino también el segundo. De ahí que cuando España ganó los cuatro primeros partidos (1-2 en Chipre, 0-2 en Macedonia, 3-0 a Dinamarca en Sevilla y 1-4 en Bélgica), todos nos inundamos de positivismo y empezamos a creer verdaderamente que se podía hacer algo en Inglaterra.
La buena racha se cortó empatando ante Bélgica en Sevilla, que sería el único traspiés de España en la fase de clasificación, junto al empate en Dinamarca en la penúltima jornada, pero ya con los deberes hechos. Sólo otros dos equipos llegaban a esta Eurocopa con un camino tan brillante como el de España, Rusia y Francia. Y precisamente los galos serían rival de los nuestros durante la fase de grupos.
Una fase de grupos que no fue apta para aquellos que no soportan emociones fuertes. Se empató en el primer partido ante Bulgaría, y gracias a un gol de Alfonso cuando restaba un cuarto de hora para el final. E igualmente se empató a 1 en el segundo partido, ante Francia, también después de ir perdiendo y gracias a un gol de Caminero a cinco minutos para el final. Restaba un partido y en ese momento se estaba virtualmente eliminado.
Ante Rumanía sólo quedaba una cosa, ganar. España se adelantó a los 11 minutos con gol de Manjarín pero Raduciou, que entonces jugaba en el Espanyol, igualaba la contienda a la media hora de juego. Con empate se llegaba al tramo final, donde España se volcó a la desesperada y encontró premio, el gol de Amor, remachando de cabeza una dejada de Alfonso tras un centro de Sergi Barjuán desde la izquierda.
Pasar como segundos de grupo nos obligó a medirnos a los anfitriones, que además venían de ganar por 1-4 a Holanda, y en Wembley. España sufrió en la primera parte pero pronto se hizo con el control, aunque no aprovechó sus ocasiones y el árbitro no ayudó al anular un gol a Salinas por un fuera de juego que no era. El partido se decidió en unos funestos penaltis que comenzaron con Hierro reventando el larguero y que terminaron con Seaman desviando el lanzamiento de Nadal.
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La suerte de Inglaterra en los penaltis se tornó en semifinales, donde cayeron justo ahí ante Alemania. Por penaltis también se decidió la otra semifinal, Francia – República Checa, a favor de los checos, la gran sensación de ese torneo. Y la final se decidió por un elemento nuevo, el gol de oro anotado por Oliver Bierhoff. Así, con remontada incluida, Alemania conquistaba su tercera Eurocopa, la primera como país unificado.
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