Europa League: el Atlético de Madrid se proclama campeón con un afortunado gol de Forlán
Por fin Joaquín Sabina puede cambiar esa estrofa de su particular versión del himno del Atlético, porque hoy, al Atlético de Madrid le ha tocado ganar y no palmar, y qué manera de ganar. No ha sido para nada un partido brillante, pero suficiente, el Atlético ha vencido por 2-1 al Fulham y se ha proclamado campeón de la Europa League, el primer campeón en esta nueva modalidad de esta competición europea.
Y de manera justa. Las mejores ocasiones del partido fueron para los rojiblancos, un partido que comenzó con los nervios típicos de las finales y en el que se tardó 10 minutos en ver un disparo, uno de Forlán que repelía la madera. No encontraba el conjunto de Quique patrón de juego, ni había una buena transición defensa-ataque, pero cada balón que pescaba el Kun se convertía en peligro. Así, llegó el primer gol, un mal tiro de Agüero que se convirtió sin querer en una brillante asistencia para Forlán. La alegría se desbordaba.
Pero la fiesta, que comenzó a la media hora de partido, sólo duró 5 minutos. El Fulham empató por medio de Davies en su mejor jugada de ataque en todo el partido, y es que el equipo inglés ha demostrado lo que todos preveían, estar un paso por detrás de los equipos de primer nivel. El gol en contra sentó como un jarro de agua fría a los rojiblancos, tan fría como la lluvia que a veces sacudía Hamburgo. El Atlético cayó en coma a partir de ahí, y no despertaría ni con los cambios hasta el minuto 100.
Y nos saltamos tanto tiempo porque la segunda parte sobró. Faltó de todo en una segunda mitad sin ritmo, en la que el Fulham incluso llegó a dominar por momentos a un Atlético de Madrid que no despertó ni con los revulsivos Jurado y Salvio, que sustituyeron a unos desdibujados Reyes y Simao. La inoperancia de unos y otros abocó un feo partido a la prórroga cuando los jugadores parecían muy cansados, ya que llevaban un buen rato andando sobre el césped.
Fue en los últimos cinco minutos del tiempo extra cuando se vio que si algún equipo marcaba en la prórroga iba a ser el Atlético de Madrid. La suerte que no tuvieron Salvio ni Agüero, ambos fallaron un gol cantado en el área pequeña y en la misma jugada, la tuvo Diego Forlán, el héroe de Anfield, el héroe de Hamburgo, el héroe de siempre. El uruguayo remató mal un centro de Agüero, pero la pelota rozó levemente en Hangeland y la trayectoría cogió portería. Nada pudo hacer el veterano Schwarzer para evitar el triunfo colchonero a 3 minutos del final.
Del fracaso a la gloria hay un camino muy corto, sólo un paso, pero muy difícil de encontrar. Quique Flores lo ha encontrado, cogió un equipo a la deriva y con trabajo y algún que otro castigo ha conseguido enmendarlo, no de forma brillante pero sí efectiva que al fin y al cabo es lo que cuenta. Los colchoneros no recordarán el buen fútbol o el malo, recordarán a Antonio López recogiendo de Platini el brillante trofeo de la Europa League. Nos vamos a Neptuno.
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