Y LeBron irá a Miami Heat
Finalmente se hizo la luz, el camino de la NBA está libre de rumores gracias al egocéntrico show de LeBron James, el agente libre más cotizado (de la historia), en el cual anunció que recalará el próximo año en Miami Heat, uniéndose a las otras superestrellas más cotizadas Chris Bosh y Dwayne Wade, que se ha llevado el gato al agua.
Quedan pocos agentes libres por asignar, pero la NBA puede cambiar para siempre: a poco que estos jugadores se completen con gente medianamente decente (no hablamos de cracks, hablamos de gente que sepa correr, defender y pasar la pelota) pueden luchar por los próximos 10 anillos de la NBA: el más viejo es Wade con 28 años.
El trío resultante combina unos números de órdago atendiendo al año pasado: 80 puntos 23 rebotes y 18 asistencias por encuentro. Analizando un poco los pros y los contras vemos cómo LeBron es el que sale perdiendo en cuestión de egos: fue el último en llegar (no lideró el equipo, se unió cuando ya estaba hecho), tendrá que cobrar menos del tope (para una superestrella así es un contra) y abandona una ciudad habiendo prometido el año pasado «no descansaré hasta darle un anillo a Cleveland«. Por último cabe destacar el hecho de que la presión del anillo le está machacando tanto que renuncia a Cleveland por juntarse y ganar algún anillo sí o si: LeBron sin anillo no es nada.
La parte positiva es que inician una dinastía que puede perdurar, bien llevada, 10 años. 10 años de dominación, de MVP, de anillos y de, posiblemente, barrer el récord de victorias de Chicago Bulls con 72. Habrá que ver qué equipo completan, por ahora con Mario Chalmers de base tienen la papeleta bien cubierta porque es un base correcto, buen defensor y buen triplista. Habrá que buscar un pívot y 5 suplentes que cumplan. Parece ser que Mike Miller recalará también en el equipo, otro triplista excelente que puede ponerse las botas a base de bien con las penetraciones de dos de los mejores anotadores de la NBA.
En definitiva la NBA ha girado mucho este julio. LeBron, D-Wade y Chris Bosh en un mismo equipo hace que todos esos giros acaben en un gran, poderoso y obsceno ganador de este loco periodo de agentes libres: Miami Heat.
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