Mundial de Brasil 2014: Alemania campeona del mundo por cuarta vez en su historia
1954, 1974, 1990 y ahora 2014. La cuarta estrella que lucirá sobre su escudo a partir de ahora la selección de Alemania se comenzó a bordar en Maracaná donde la selección germana se ha impuesto a la de Argentina por un gol a cero. El goleador, Mario Gotze, ni siquiera había nacido cuando Andreas Brehme levantó al cielo de Roma el último título para su país.
La final fue el vivo reflejo de lo que suelen ser las finales de hoy día, partidos igualados, con los equipos respetándose mucho pero sin dejar de tantearse. Alemania no fue la máquina arrolladora de semifinales, cosa lógica porque no siempre se puede jugar así, y Argentina mostró su mejor cara hasta ahora. Con estos ingredientes, no podíamos esperar otra cosa que un partido muy táctico y muy parejo.
A Low se le trastocaron los planes antes de comenzar el encuentro por la lesión de Khedira, y ya durante el juego por la lesión de su sustituto, Kramer. El seleccionador alemán sacó a Schurrle, pero Alemania nunca se encontró cómoda en este sistema, por más que movió sus piezas de ataque. Además, con Kroos más retrasado llegaron algunos problemas.
Precisamente un error de Kroos propició la gran ocasión de Argentina durante la primera mitad, pero Higuaín pifió su remate solo ante Neuer desaprovechando el regalo alemán. La réplica alemana, como mejor ocasión, iba a llegar justo antes del descanso, tras un saque de esquina rematado por Howedes que acabó golpeando el poste, cuando medio estadio gritaba ya gol.
La segunda mitad comenzó con la entrada de Agüero en lugar del incisivo Lavezzi, que con sus arrancadas había inquietado a la defensa alemana y forzado faltas, y el cambio fue para peor. Si bien, tras dos balones en los que Messi le ganó la espalda a la defensa alemana, el equipo de Low dio un paso atrás y cedió el dominio del juego. Se cambiaron las tornas y ahora Alemania era quien contragolpeaba, sembrando el pánico cada vez que Muller se internaba por la derecha.
Se fueron los 90 minutos y llegó una prórroga en la que Alemania volvió a tomar el control del partido, haciéndose dueño de la pelota. A pesar de que no había habido grandes ocasiones, los dos equipos se entregaron con intensidad y el cansancio se dejaba notar, por ejemplo en los centrales alemanes. Palacio, sin embargo, no iba a aprovechar ninguno de los pulsos en carrera con unos agotados Hummels y Boateng.
Aun así, la tuvo el argentino, pero perdonó tal y como perdonó Higuaín en la primera mitad, enviando fuera un vano intento de vaselina sobre Neuer. En cambio, otro de los hombres que había salido desde el banquillo, Mario Gotze, no iba a ser tan condescendiente y no iba a perdonar la oportunidad que tuvo. Y eso que el Mundial de la joven estrella alemana había sido hasta el momento decepcionante.
Tras unos broncos minutos que Rizzoli no supo frenar (en realidad el italiano no supo manejar la final en ningún momento), llegamos al minuto 113. Alemania comenzó una jugada en su parcela defensiva, enviado la pelota hasta el flanco izquierdo. Schurrle recibía, encaraba a Zabaleta y la ponía al área, donde Gotze controlaba y remataba sin dejarla caer, cruzándola al otro lado.
Esta fue la secuencia completa de un gol para la historia de Alemania y para la historia de los Mundiales. Nunca antes un equipo europeo había ganado un Mundial en el continente americano. Ahora, Alemania ha roto la historia y recoge el trofeo dejado sobre Maracaná antes del partido por Carles Puyol. La gloria durante estos cuatro años les corresponde a ellos, que la disfruten.
¡Hasta Rusia 2018!
Vía | FIFA