NBA: Ben Simmons, el australiano que apunta a posible número uno del draft de 2016
En 1978, Mychal Thompson, el padre de la actual estrella de los Warriors Klay Thompson, fue elegido como número uno del draft pese a no llegar a jugar la fase final del torneo de la NCAA, el conocido como March Madness. Desde entonces, todos los jugadores elegidos en lo más alto del draft (sin contar los que llegaron del extranjero), si bien a lo mejor no habían conseguido éxitos en su carrera universitaria, al menos habían llegado a estar en esta fase final.
Esa circunstancia se puede cortar en 2016 ya que el candidato número a ser elegido como el jugador más destacado de esta generación, Ben Simmons, no va a estar en el March Madness. La Universidad de Louisiana State, la que eligió para sorpresa de todo el mundo para su primer y parece que único año universitario, no ha conseguido colarse entre las 68 que participarán en el March Madness. Y por Simmons no ha sido precisamente.
El talento australiano, acogido en los Estados Unidos para su etapa en la High School, ha firmado los siguientes promedios: 19’2 puntos, 11’8 rebotes y 4’8 asistencias. Números muy buenos que lo confirman como el gran talento que se viene para el próximo draft y casi seguro número uno, salvo que la franquicia que le toque en suerte esa posibilidad decida jugársela con otro jugador (como Ingram, por ejemplo) y darnos una sorpresa.
Sorpresa porque Simmons, antes todavía de aterrizar este curso en la Universidad, ya estaba señalado como futuro número uno del draft en su carrera en el instituto, carrera que culminó siendo elegido como el mejor de su generación. El hype sobre su persona se ha visto agrandado con las continuas comparaciones con LeBron James y con la posibilidad de que las marcas de ropa deportiva le pongan sobre la mesa un contrato más suculento que al de Akron en su día.
Simmons, por el momento, destaca por ser un jugador muy versátil, capaz de jugar por dentro gracias a sus 2’08 de altura como de jugar y defender en otras posiciones, pues es ágil y nada lento. En su debe está el tiro exterior, pero es un consumado anotador, con mucha habilidad para finalizar jugadas, con buen tiro libre a la hora de forzar faltas y letal cuando sale corriendo al contraataque. Y también ha demostrado ser generoso para con sus compañeros.
Difícil de catalogar en una sola posición, lo que podría traer ciertos problemas de adaptación, Simmons apunta a perfecto exponente de ese tipo de juego al que ha evolucionado el baloncesto, el llamado small ball. Los ojeadores, que lo han seguido en buen número en los partidos que ha jugado, ya tienen suficientes informes de sus cualidades y las franquicias con más posibilidades parecen tenerlo claro: si no media sorpresa, él será la primera elección de todas.
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