NBA: la crisis en los Houston Rockets se lleva por delante a McHale
En diciembre de 2014, y no ha pasado ni un año, los Rockets renovaban por tres años más el contrato de Kevin McHale, entrenador de la franquicia que esa temporada 2014-2015 sería finalista en la Conferencia Oeste, sólo superado por los Warriors. De esa extensión de contrato, McHale solamente ha disfrutado de once partidos.
Y lo de disfrutar es un decir. Los Houston Rockets han comenzado muy mal la temporada 2015-2016, con cuatro victorias y siete derrotas, las cuatro últimas de forma consecutiva. Han pasado a ser uno de los equipos que defendía mal a directamente ser el segundo equipo de la liga que más puntos concede.
Y eso un candidato al anillo no lo podía consentir. Había que dar un golpe de efecto y ese golpe es la destitución de McHale, un entrenador que se va con el mejor récord de victorias de la historia pero que no se ha ganado el cariño de sus jugadores. Todo apunta a que hubo cama, viendo la actitud de éstos en las derrotas.
Mientras McHale apunta a Minnesota, su ciudad natal, por si necesitan un entrenador, suenan como su sustituto Tom Thibodeau y alguien que ya conoce la franquicia, Jeff Van Gundy. Pero por el momento el que se sentará en el banquillo será un asistente, J.B. Bickerstaff, al que se le presenta una gran oportunidad caída del cielo.
Hijo de Bernie Bickerstaff, asistente de larguísima trayectoria en la liga, el nombre de John Blair no es muy conocido para el aficionado pero sí muy conocido en el entorno de los entrenadores. Y más que conocido, bien valorado, una especie de chico de oro, alguien al que todos ven entrenando como jefe en la NBA.
A favor suya se dan, además, dos condicionantes: el primero, que lógicamente los jugadores han de responder y más ahora que no está McHale el que ellos consideraban que era el problema, y el segundo, que se viene un calendario relativamente cómodo, ideal para que cualquier equipo mejore el balance de victorias / derrotas.
Así pues, pocas veces a un asistente recién llegado se le presenta la oportunidad de ganarse el puesto tal que así, y encima en un equipo de los candidatos. Si los Rockets despegan habrá que estar atentos a ver qué deciden los dueños y si le dan el mando a este piloto joven, aunque sobradamente preparado.
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