Azarenka no deja indiferente.
La bielorrusa Viktoria Azarenka, actualmente en el puesto número 8 del ranking de la WTA, es capaz de lo mejor y de lo peor. Puede tanto faltar al respeto como batir a rivales muy superiores. Por lo visto el talento no es algo fácil de manejar.
Esta tenista de 19 años nacida en Minsk fue la responsable de eliminar a nuestra Carla Suárez en la ronda anterior. Para los que no la hayan visto jugar nunca, aparte de un revés a dos manos bastante potente y un servicio tremendamente fiable, Azarenka pertenece a ese selecto grupo de tenistas que expresan “a voz en grito” la intensidad que despliegan en el partido. Sus gritos son constantes y muy elevados, le han costado varios “warnings” y ni mucho menos son aprobados por el público parisino. Pues bien, al terminar el encuentro frente a la española, Viktoria no tuvo ningún problema en dirigir un corte de mangas a la grada en señal de rechazo por todo el apoyo que no recibió durante el partido. Increíble, pero cierto.
La misma tenista ha logrado hoy vencer sin demasiadas dificultades a Ana Ivanovic, la vigente campeona de Roland Garros, con un contundente 6-2 y 6-3. Es cierto que Ivanovic se resintió de su lesión en el tobillo izquierdo, pero desde el comienzo del partido Azarenka le puso las cosas muy cuesta arriba.
Indiferencia es lo único que no produce esta joven promesa bielorrusa. Hay quien cree que los “gritos” de algunas tenistas son una estratagema para desconcentrar al rival, pero hasta que esto no se demuestre, ¿es justo tratarlas así? De todos modos, convendrán conmigo en que un corte de mangas al respetable no es precisamente la solución.
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