El Bilbao Basket, en el momento más difÃcil de su corta historia
En el año 2000 nacÃa el Bilbao Basket, un club que intentaba devolver la ilusión por el deporte de la canasta a la ciudad vasca, en la que varias equipos habÃan llegado a la élite pero ninguno con continuidad. Cuatro años más tarde, el proyecto alcanzaba la Liga ACB y en su periplo por esta competición llegarÃan incluso a disputar una final por el tÃtulo, la de 2011, y de jugar la competición más importante a nivel de clubes, la Euroliga.
Pero de un tiempo a esta parte, concretamente los dos últimos años, el proyecto está en clara decadencia. A pesar de que deportivamente no le han ido mal las cosas (aunque no tan bién como antes), los problemas económicos no han hecho sino crecer. El equipo es incapaz de conseguir un patrocinador para que aporte capital y todo eso ha provocado la situación que tenemos ahora por delante.
Los Hombres de Negro, como se conocen a los jugadores del equipo bilbaÃno, han decidido ponerse en huelga. No tienen pensando ni entrenar ni tampoco jugar los partidos hasta que la situación comience a arreglarse, hartos de que se les prometan cosas que no se cumplen y de los impagos. Algunos jugadores, los que más tiempo llevan en el club, acumulan casi dos años de retrasos y nóminas sin cobrar.
El hombre que llevó a lo más alto a este club y también a lo más bajo, Gorka Arrinda, se marcha. Los jugadores han pedido su salida, la afición en Miribilla también lo hizo. Ahora, deja la mayorÃa accionarial en manos de un «grupo alternativo de gestión». En manos de esta gente está salvar el club, salvación que pasa por encontrar ayuda privada pues la Diputación de Vizcaya ha dejado claro que el grifo ya se ha cerrado por su parte.
Si de aquà al domingo los Mumbrú, Hervelle, Raúl López, Grimau o Gabriel siguen adelante con el plante, habrÃa que ver las consecuencias que tiene y las sanciones que le caerÃan al equipo. Por el bien de los jugadores, de la afición y de la propia liga ACB, lo mejor es que todo este entuerto se arregle, al menos de cara a terminar la temporada como buenamente se pueda, porque lo cierto es que lo de Bilbao pinta negro, negro como la camiseta.