La caída de Karabatic continúa, ahora jugará en uno de los peores equipos de Francia
Uno de los mejores jugadores de balonmano del mundo, Nikola Karabatic, no pasa por su mejor momento precisamente. Y no hablamos de que el francés y su selección no estuvieran a la altura de lo que se esperaba de ellos en el último Mundial de balonmano, sino más bien de lo que ha puesto la carrera de este gran jugador en el dispararo: el escándalo de fraude de apuestas y amaño de partidos en el que se vio implicado.
Sin embargo, esta situación no parece echar para atrás a los clubes que se quieren hacer con un jugador que, todo hay que decirlo, es simplemente fantástico en su puesto. Los grandes del Viejo Continente, entre ellos el Barcelona, van a pelear este verano por fichar a Leonidas, el apodo con el que se le conoce al jugador galo, y mientras llega ese momento, Karabatic ha encontrado un acómodo ideal a sus intereses.
Porque el que era hasta hace pocos días jugador del Montpellier, el club más potente de la liga francesa, ahora jugará para uno de los equipos más débiles del campeonato francés, el PAUC de Aix-en-Provence. Un equipo recién ascendido a la División de Honor en Francia, por primera vez en su historia, y que ocupa la penúltima posición en el campeonato, pero capaz de desembolsar una buena suma de dinero para contar con Karabatic durante cinco meses solamente.
El Montpellier no quiso contar con su estrella, manchado por las acusaciones que sobre él recaen, y decidió darle boleto liberando al jugador, que tenía contrato hasta 2016, nada menos. Y así, previo pago de medio millón de euros, es como ha podido recalar en su nuevo equipo, donde coincidirá otra vez con su hermano Luka, que fue despedido del Montpellier por reconocer que había apostado. Fue el único que lo hizo, por cierto, de los cinco que había imputados por el caso.
Así pues, la caída de Karabatic en desgracia continúa, pero va a ser una caída corta, de sólo cinco meses. Una vez termine la liga, los grandes de Europa se van a pelear por contar con los servicios de uno de los mejores centrales del mundo. Es lógico, y probablemente todos lo haríamos si fuéramos dueños de un equipo de balonmano. Aunque tengamos que vigilarlo de cerca, con lupa.