Carolina Ruiz, la última heroína del esquí español
Albertville, 1992. En la pista de Meribel, una esquiadora española llamado Blanca Fernández Ochoa hacía historia al convertirse en la primera y única española hasta el momento en conseguir una medalla en unos Juegos Olímpicos de Invierno. Siguiendo los pasos de su hermano, el ya fallecido Paquito Fernández Ochoa, a los éxitos de Blanca hay que sumar cuatro victorias en la Copa del Mundo.
El legado de Blanca, que consiguió su último triunfo en 1991, no encontró heredera hasta la irrupción de María José Rienda, que entre 2005 y 2006 consiguió nada menos que 6 victorias en la Copa del Mundo. Y hoy, una nueva española ha escrito una página para la historia de este deporte invernal en este país, al conseguir una nueva victoria en la Copa del Mundo, y en una prueba en la que nunca antes había triunfado una española.
Y es que los éxitos de Blanca se reparten entre el Eslalon y el Eslalon Gigante, y los éxitos de Rienda son todos en el Eslalon Gigante. Nadie había logrado antes ganar en Descenso tal y como lo ha hecho hoy Carolina Ruíz. La granadina (porque aunque naciera en Chile vive en Granada desde que tenía apenas un par de semanas de vida) ha revivido así un momento para la historia precisamente en la pista en la que Blanca alcanzó su bronce olímpico.
La esquiadora de 31 años consiguió un tiempo de 1:42’56, mejorando en tan sólo 20 centésimas el crono de la alemana Maria Hofl-Riesch, segunda seguida de la francesa Marie Archand-Arvier que fue tercera. Así es como Carolina Ruíz ha conseguido su primera victoria en la Copa del Mundo, después de haber pisado el podio en algunas ocasiones, especialmente cuando era junior.
Los pocos éxitos del esquí español siempre han llegado en pruebas técnicas y no en una prueba de velocidad pura y dura como es el descenso. A esta especialidad se recicló Carolina Ruíz después de que no le fueran las cosas tal y como se auguraba por su etapa junior, y tras muchos intentos ha conseguido su premio. Un hito histórico en el esquí español que le abre las puertas de un selecto club, con muy pocos miembros.