Champions League 2013-2014: el Real Madrid consigue la Décima en Lisboa

Doce años después, y muchos millones de euros de inversión en galácticos, el Real Madrid consiguió la ansiada Décima. La capital de Portugal, Lisboa, y la fecha del 24 de mayo quedará en el recuerdo de la afición madridista, como también en el recuerdo del enemigo en el día de hoy, el Atlético de Madrid, porque la historia, para desgracia de algunos, tiende a repetirse.

Hace 40 años, en la única final que había disputado hasta ahora el conjunto rojiblanco, un gol del alemán Schwarzenbeck privó al equipo que capitaneaba Luis Aragonés de llevarse una copa que ya agarraban con las manos. Hoy en Lisboa, en su segunda final, cuando ya sentían la orejona entre los dedos ha sido un gol de Sergio Ramos. Los dos llegaron en el último suspiro.

El partido, como era de esperar, fue de pizarra. Ninguno de los dos equipos arriesgaba, ninguno se exponía lo más mínimo, y las ocasiones escaseaban por no decir que no habían. Lo único reseñable fue un disparo de Bale, que llegó por un fallo de Tiago en la medular. Eso hasta el gol de Diego Godín, el héroe de la liga en el Camp Nou que se iba a poner el disfraz de estrella otra vez en Da Luz.

El gol del uruguayo llegó en la segunda jugada tras un saque de esquina, en el que se bombeó un balón al área, Godín remató de espaldas y Casillas se la comió tras salir a por uvas. Por suerte para el meta español, iba a aparecer un sevillano (o mejor dicho, un camero) para salvar de que Iker quedara para siempre marcado por el fallo de hoy, el más garrafal que se le recuerda en partidos de tanta importancia.

El 1-0 no cambio el guión, y el partido siguió siendo muy táctico. Sí iba a cambiar la situación cuando Ancelotti se la jugó y dio entrada a Isco y Marcelo. Así, el Madrid ganó dos jugadores en ataque, algo necesario teniendo en cuenta que ni Cristiano ni Benzema parecían al 100%. Aunque Simeone movía también sus fichas, su equipo seguía a lo suyo, esforzándose al máximo y evitando que hubiera juego en el partido, ya fuera cortando el balón o de otros modos.

A cada minuto que pasaba, el Atlético daba un pasito atrás, un tanto por miedo, un tanto por empuje del rival y otro tanto por cansancio. Tocaba sufrir, pero los centrales resolvían relativamente bien el peligro, en alguna ocasión al borde del penalty. Sin embargo, en el último suspiro, en el 93, un córner rematado por Sergio Ramos iba a salvar al Real Madrid.

Casillas besaba a Ramos porque sabía que aquel gol valía la Décima. Aún quedaba una prórroga por delante, pero ante un Atlético de Madrid que estaba muerto físicamente y que ya había agotado todos sus cambios, uno de ellos en el minuto 8, Diego Costa. Era de esperar que el Real Madrid superara a su rival, y lo hizo en el minuto 111, tras un jugadón de Di María que acabó remachando Bale a la red, tras salvar Courtois el disparo del argentino.

Lo que vino después fue ya lo de menos. Marcó Marcelo el 1-3 con toda la defensa del Atlético mirando, y Cristiano Ronaldo no desaprovechó un penalty inexistente para el 1-4. El conato de pelea sobre el terreno de juego sobró más aún. Ya todo era secundario pues ya teníamos ganador, el Real Madrid. y un perdedor, el Atlético de Madrid, que se puede ir con la cabeza alta como única resignación.

La Décima llegó en Lisboa. La primera, tendrá que esperar.

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