El ciclista alemán Andreas Kloden se retira a los 38 años

Aunque su compañero Chris Horner (Radioshack) sigue en la onda, tal y como desmotró en la pasada Vuelta a España 2013 que ganó, y con cuerda para rato, a Andreas Kloden los 38 le parecen suficientes. El alemán es otro de los ciclistas que se retira al término de esta temporada y que no formará parte del pelotón para 2014, entre otras cosas porque no tenía muchas ofertas sobre la mesa para seguir.

Punto final a una carrera que comenzó en 1998, en las filas del potente equipo alemán Telekom. Sus victorias en París – Niza y Vuelta a País Vasco, más una medalla conseguida en Sidney 2000 enseguida lo catapultaron a la élite y le valieron para ganarse el honor de ser heredero de Jan Ullrich. Un Ullrich al que iba incluso a superar en el Tour de Francia de 2004, en el que terminó en segundo lugar luciendo el maillot de campeón de su país.

Ese fue el mejor resultado de Kloden en una gran vuelta por etapas, ese y el segundo puesto en el Tour de 2006, el que ganó Óscar Pereiro tras la descalificación de Floyd Landis. Aquel 2006 fue el último de Kloden con Telekom, equipo que un año más tarde desaparecería, y probablemente su último gran año. Después estuvo en Astana y durante tres años, y desde 20010 en adelante, con Radioshack.

Fuera del Telekom, sus mejores resultados fueron la Tirreno – Adriático de 2007, el Tour de Romandia de 2008, un quinto puesto en el Tour de 2009 y la general de la Vuelta al País Vasco de 2011. Ya 2012 y 2013 fueron años más discretos, sin ninguna victoria particular, aunque quedó undécimo en el Tour de 2012 y fue parte fundamental para que su equipo ganara la clasificación por equipos.

Kloden se retira sin ningún caso de dopaje probado, aunque con una acusación firme de haberse beneficiado, como muchos otros, del programa de dopaje que había en el equipo Telekom. Tras ese escándalo destapado en 2009 y que se cerró con una multa al alemán, Kloden rompió relaciones con la federación y la prensa de su país, e incluso cambió su residencia a Suiza. Allí se abstraerá del ciclismo y vivirá su vida sin intención de confensar porque «no tiene nada que confesar».

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