Dos lipotimias y una muerte, consecuencias de jugar a las 16:00 horas
Los lumbreras que dirigen el fútbol español sabrán de muchas cosas, pero de climatología o de geografía andan un poco pegados. Porque de no ser así no sería capaz de encontrar otra explicación al juego que se traen con los horarios. Ya saben, eso de poner partidos a las 12:00 o a las 16:00 horas en ciudades donde todavía hace mucho calor como Sevilla, Málaga, Córdoba, Valencia o Alicante, a estas alturas del año.
O eso, o que les importa exactamente un pimiento las temperaturas y los que las van a sufrir, jugadores y espectadores. Razón mucho más creíble viendo como miran para otro lado después de lo que ocurrió en Valencia, en el partido entre el Levante y la Real Sociedad, correspondiente a la Jornada 5. Un partido que dejó un par de sustos y que acabó en tragedia, lamentablemente.
Los sustos los protagonizaron dos jugadores del Levante, Iborra y Michel. Ambos sufrieron lipotimias, casi con toda seguridad provocadas por el esfuerzo y las altas temperaturas. El caso de Iborra fue más grave que el de su compañero, porque el granota acabó desmayado en los vestuarios y dio un buen susto a sus compañeros. Pero todo quedó ahí, afortunadamente, en un mal rato para él y para los que compartían vestuario en ese momento.
Lo peor sucedió en la grada, al término del encuentro, cuando un aficionado de 82 sufría un paro cardíaco y perdía la vida, minutos después ya en el hospital. Pueden ser muchas las causas que provocaran este lamentable suceso, puede ser también que entre ellas se encuentre el hecho de que este aficionado, y todos los de la Grada Central, sufrieran el sol de cara y el calor durante todo lo que dura un partido.
Pero para los lumbreras es mucho mejor pensar que falleció por la edad que tenía y que lo de Iborra y Michel fue por cualquier cosa menos por el calor. Es mucho mejor pensar y seguir pensando que no se está cometiendo ningún abuso con los aficionados, que los horarios son perfectos, porque no pasa nada por practicar deporte, y por seguirlo, a temperaturas extremas como hemos visto (partidos en Sevilla a 40 grados, partidos en Soria con el campo helado y bajo cero).
Es mucho mejor pensar y seguir pensando que tenemos La Mejor Liga del Mundo, aunque la realidad sea bien diferente. Total, si al final la culpa la va a tener el aficionado por ir al campo (los que van porque gracias a estos horarios, entre otras cosas, cada vez están más vacíos), o el futbolista por el mero hecho de saltar al terreno de juego, y no el lumbreras que cuando programa una jornada sólo piensa en su cuenta corriente.