Empate entre Eto’o e Ibrahimovic

Un decepcionante empate entre el Inter de Milán y el Barcelona cerró el partido de la jornada: por la calidad de los equipos y por el morbo del intercambio (más 50 millones) entre dos de los mejores delanteros del planeta. Un partido clásico entre un equipo ofensivo y dominador y uno replegado atrás a la espera del contragolpe: en este caso no hubo el clásico gol de Inzaghi en el 93′.

Varias ocasiones al principio del encuentro, todas para el Barça: Ibra pudo marcar tras un gran control, y un poco antes un tiro duro abajo de Messi, poco colocado. Posteriormente el Inter se sacudió el dominio con alguna ocasión de Milito, en la que Valdés blocó bien la pelota estando en su sitio. Sin embargo el Barça dominaba faltándole una punta de velocidad y claridad en la frontal del área.

La defensa del Inter de Mourinho era peculiar: una línea de 4 defensores en el borde del área y el mediocampo por delante notablemente, con lo que había un hueco entre ambas líneas: el Barça jugaba ahí, pero no era capaz de traspasar esa barrera: pases picados por encima de los defensas, triangulaciones, pero poca ocasión clara. Ibra sin atreverse aún a regatear, Messi empeñado en regatear demasiado.

Entró Iniesta y no cambió mucho la cosa, salvo que el Inter ya no salió de su campo. Poco trabajo para Víctor, algún tiro lejano, pero realmente no hubo demasiado esfuerzo del portero. Al Barcelona le faltó claridad en la frontal para finiquitar el encuentro, pero sobre todo necesita que Ibra despabile de una vez y muestre porqué es el fichaje más caro de la historia del Barça. Necesitan su juego, flexibilidad, toque, regate y gol. Le necesitan, a él y a Messi.

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