Entrevista con Sergio Busquets, mediocentro del F.C. Barcelona y la selección española
Si hiciéramos una lista con los futbolistas con mayor progresión en los dos últimos años, sin duda en ella incluiríamos a Sergio Busquets. El jugador catalán ha pasado de ser una promesa a uno de los mejores mediocentros del fútbol mundial que con 22 años ya puede presumir de más de 100 partidos en primera y más títulos que muchos ganaran en toda su carrera, incluyendo el Mundial de Sudáfrica.
Buena parte de este éxito se lo debe a Guardiola, que apostó por el junto con otros compañeros de la misma hornada como Pedro y también a Del Bosque, que le mantuvo en la selección cuando muchos le cuestionaban. Para conocer un poco más al jugador, os traemos una amplia entrevista concedida a El País en la que analiza su trayectoria, el futuro y los puntos débiles que cree que debe mejorar para seguir progresando como jugador.
Especialmente interesante es la forma en la que analiza su posición de mediocentro en el campo. Para Busquets, jugar en esa posición es cuestión de lógica y cabeza. Por supuesto que hace falta un físico importante para aguantar el desgaste y poder estar atento a las coberturas pero no está de más que algunos entrenadores piensen sobre esa posición y se fijen en jugadores del estilo de Busquets analizando la moda vivida en los últimos años en la que parecía que para esa posición el perfil ideal era un jugador africano, físicamente exultante que no parara de correr y que no tenía por qué ser excesivamente bueno en el juego de pelota.
A continuación, os dejamos con la entrevista:
Pregunta. Celebró el Mundial con una bandera de Badia. ¿Puede explicar qué es Badia?
Respuesta. Ciudad Badia es mi barrio, mi vida, donde me he criado, donde he ido al colegio, donde viven mis amigos y parte de mi familia… Es un pequeño barrio, con bloques de pisos, donde vive gente humilde y trabajadora.
P. En su carrera, ha jugado en bastantes posiciones ¿Eso le ha permitido entender el juego?
R. Hasta los 14 años jugué de delantero. Luego, de interior y pivote, que son posiciones parecidas porque son muy tácticas. De delantero ya es otra cosa. Pero el que ve el fútbol da igual donde juegue. Lo ve y lo interpreta.
P. Usted lo ve.
R. Lo intento. Trato de pensar antes de tener la pelota para encontrar soluciones. Juego para dar soluciones a mis compañeros. Esa es mi faena principal.
P. ¿Es un obrero entre estrellas?
R. Un poco, sí. Soy un tipo que trabaja para los demás y a mi alrededor están los mejores futbolistas del mundo. Pero en el Barça y la selección las estrellas también curran. Siento que juego en una posición que exige un trabajo generoso y poco vistoso, pero me gusta. Es mi trabajo y me gusta. Prefiero cortar 10 balones, robar entre líneas, que tirar tres paredes. A mí me da igual morder la salida del balón que barrer la zona porque estoy para eso, para facilitar el trabajo a los demás.
P. Dice Johan Cruyff que se anticipa a lo que pasa.
R. Lo intento. Mi posición exige ser inteligente, pensar rápido, decidir rápido y ejecutar fácil.
P. Mascherano ha dicho que si quiere jugar ha de hacer lo que usted hace. Le elogian Pep, Beckenbauer, Cruyff… ¿Cuesta mantener los pies en el suelo?
R. Sería bobo si me creyera que ya lo sé todo. Hombre, me llega lo que dicen y me gusta. A nadie le amarga un dulce. Es bonito y para estar
orgulloso. Pero no me creo nada, ni siquiera eso de que soy titular. Nada. Tengo muy claro lo que me dijo mi padre cuando era juvenil: «Tú trabaja. Si trabajas, siempre tienes premio».
P. ¿Cómo lleva tener a su padre, Carles, en el cuerpo técnico del primer equipo?
R. Bien, con normalidad. Es mi padre siempre, claro, pero yo le veo como un ayudante de Pep, como el entrenador de los porteros.
P. De todo lo que se ha dicho de usted, ¿con qué se queda?
R. El elogio que más valoro es el del compañero, no lo dude. Que te valoren el trabajo sucio es muy gratificante y los compañeros y el entrenador suelen ser los que más valoran mi juego, pero es lógico porque no luce, no se ve. Cuando lo hago bien, se nota, pero no luce. El entrenador sabe que tiene un jugador obediente al que le gusta ayudar; que, si hace falta correr para cubrir la posición de un compañero, lo hace encantado. Yo disfruto, de verdad, vigilando qué lateral sube para darle cobertura, si el interior llega a la presión o no… Me paso el partido pensando y calculando cuántos hay a la izquierda, cuántos a la derecha… En el fondo, el juego del mediocentro ha de ser muy lógico. ¿Qué requiere la situación? Eso hago. No hay muchas más preguntas. Es una posición en la que debes estar los 90 minutos concentrado. A nivel defensivo, mi juego es pura coherencia, es muy simple.
P. Después de 100 partidos en Primera, al encarar su tercera campaña, ¿siente que es un jugador muy distinto al que llegó?
R. Estoy contento de cómo he progresado. Me siento mejor, más asentado, con más experiencia que cuando llegué, y eso me hace feliz porque siento que he ido a más, que he mejorado en todo. Espero seguir mejorando.
P. ¿En qué nota que ha madurado?
R. Hago cosas que antes no hacía, he adquirido conceptos técnicos que no tenía, tengo menos dudas porque ya sé cómo funciona la dinámica del juego, ya sé lo que puede pasar, me anticipo mejor. Básicamente, es una cuestión de seguridad porque, cuando llegas, el golpe se nota en el campo. Puede que haya más espacios que en Tercera, pero es más difícil porque la gente tiene más nivel. Han pasado 100 partidos desde que debuté. Me siento más completo, pero tengo la sensación de que cada día es más difícil hacerlo bien.
P. Dicen que imprime mala leche al centro del campo del Barça y de la selección española.
R. La justa. A veces debería tener menos, pero soy agresivo. Intento ayudar al compañero y en el balón dividido no me achanto. Si hay un marrón, prefiero comérmelo yo a dejárselo al compañero. Soy un jugador que piensa mucho en el compañero porque es precisamente en lo que debo pensar jugando donde juego. En equipos tan ofensivos como la selección, el Madrid o el Barça, la posición del mediocentro es básica para mantener el equilibrio.
P. ¿Hay algo que mejorar?
R. Muchas cosas. El pase largo, por ejemplo.
P. ¿Quién dijo «míster, hemos tenido que llegar nosotros para que estos ganen algo»?
R. Es una broma que hacemos con Guardiola. Ahora la tengo con Gerard
en la selección.
P. ¿Cómo se motiva?
R. Con lo bonito que es ganar. Este año, por ejemplo, me hace muchísima ilusión jugar la final de Wembley porque allí mi padre ganó la primera Copa de Europa del Barça.
P. ¿Cuál es el mejor partido que ha jugado?
R. No lo sé. En Bilbao jugué bien hace unos días. Hasta me equivoque y metí un gol.
Vía | El País
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