Entrevista con Sergio Rodríguez, que analiza su paso por la NBA y su desembarco en el Real Madrid
Sergio Rodríguez iniciará una nueva etapa de su carrera deportiva en apenas unas semanas. Tras cuatro años y casi 300 partidos en la NBA, el base canario comenzará a entrenarse a las órdenes de Ettore Messina, el que será su entrenador en su vuelta a Europa con el Real Madrid. Antes de ello, Sergio Rodríguez ha concedido diversas entrevistas en las que analiza su futuro y su paso por la NBA.
Sergio se niega a hablar de fracaso en su etapa americana y cree que ha aprendido muchas cosas en la NBA. Sin embargo, esa liga no le daba lo que ahora necesitaba: jugar muchos minutos, volver a sentirse un jugador importante y seguir progresando. Para ello, la ACB y el Real Madrid han sido la mejor opción, ya que el proyecto blanco debe permitirle luchar por títulos y, entre otras cosas, reivindicarse como jugador y luchar de nuevo por un puesto en la selección, ya que se ha quedado fuera del Mundobasket de Turquía.
A continuación, os dejamos con una de las entrevistas concedidas por Sergio, en este caso, al diario El País:
Pregunta. ¿Cómo le ha cambiado personal y profesionalmente la experiencia en Estados Unidos?
Respuesta. Haber estado en la NBA es un sueño cumplido y una recompensa personal. Me traigo muchísimas cosas…de todos los partidos jugados, de todos los que no jugué. Sobre todo, lo que rodea a la NBA. El disparate que hay alrededor de un partido, los vuelos, las infraestructuras. Es una experiencia inolvidable… aprender inglés, descubrir una nueva liga, un nuevo país, jugar contra los mejores. Estoy muy orgulloso de todo lo vivido. Ha sido una aventura positiva y vuelvo con la misma ilusión que cuando empecé.
P. Su última estación americana fue Nueva York y comenzó bien. ¿Qué pasó después?
R. En los Knicks jugué casi veintidós minutos de media. Pero era una situación muy rara, era un equipo en total reconstrucción. No sabía lo que iban a hacer la próxima temporada. Daba igual ganar o perder, querían ver jugadores, no había rutinas de rotación, ni dinámica de equipo, ni de entrenamientos como hubiera sido lógico.
P. En esa situación, ¿el proyecto del Madrid se convierte en un descarte o en una elección?
R. Al terminar el cuarto año en la NBA ya decidía yo. Tenía que buscar lo que más me apetecía y donde iba a estar mejor. El proyecto que me ofrecía el Real Madrid cubría las necesidades que tengo de competir dentro de un proyecto ganador. Necesitaba divertirme. Lo que me ofrecía el Madrid era mejor que lo que tenía en la NBA.
P. ¿En algún momento le faltó la ilusión?
R. Ni en los momentos malos me ha faltado ilusión. Lo que he echado mucho en falta es la competición. Hay un solo título en juego y muy pocos equipos optan a él. Me apetecía estar en continua competición como estás en Europa, donde hay muchos títulos y muchos objetivos durante la temporada. Sentirme importante.
P. ¿El tipo de entrenador que se ha encontrado ha sido el motivo de que no haya fructificado su aventura americana?
R. No creo que la aventura de la NBA no haya fructificado. He jugado cuatro temporadas allí. Casi trescientos partidos a una media de 12 o 14 minutos. Una cosa es que no haya sido campeón ni haya sido all star. Fracasar hubiera sido no haber jugado un partido en los cuatro años, haber estado en la liga de desarrollo y haber estado dando tumbos por Estados Unidos. He jugado tres años en Portland, el último año jugué de segundo base metiéndonos en los play off y tanto en Sacramento como en Nueva York, donde jugué mucho más, he aprendido mucho. No ha estado nada mal.
P. Viniendo de una liga como la NBA, ¿la ACB se le puede hacer pequeña?
R. Estoy donde quería estar. Entrando en el Bernabéu nada se te puede hacer pequeño. Llego a un gran club y a una gran liga. Todos sabemos que la NBA es mejor porque allí están los mejores del mundo pero hay muchísimos jugadores en la ACB que podrían estar jugando en la NBA. Para nada lo considero un paso atrás ni una cosa menor.
P. ¿Cuándo empezó a tener noticias del interés del Real Madrid?
R. Hablé varias veces con el club y con el entrenador antes de que acabara la Liga ACB. Con Messina tuve un gran feeling desde el principio y estoy convencido de que me va a hacer mejor jugador. Voy a disfrutar jugando al baloncesto y vamos a ganar muchas cosas.
P. Llega a un proyecto ambicioso pero que el curso pasado no logró ningún título. ¿Habrá mayor presión por ello?
R. No fue un fracaso estrepitoso. Era un equipo nuevo, un entrenador nuevo… una organización nueva. Si acaso faltó un poco de suerte. Es obvio que el Madrid tiene que ganar cosas y si no se gana siempre es un fracaso.
P. Con su fichaje Florentino renueva la apuesta por el baloncesto. ¿Qué le ha pedido?
R. El Real Madrid es un gran club, no es solo un equipo de fútbol. Lo principal que quiere Florentino es ganar, ganar en todo. Siempre se le exigen títulos. Y hará las apuestas necesarias para eso.
P. ¿Le acompañará Rudy Fernández?
R. Rudy no puede decidir dónde va a ir, depende de lo que le apetezca hacer a Portland con él. Es la misma situación en la que estuve yo tres años. Ojalá pueda jugar en el equipo que él quiera el año que viene. Hablo mucho con él. Pero tampoco sabe nada, Portland es quien decide y tendrá que esperar.
P. ¿Volver a la selección es otro de los retos?
R. La selección siempre es un reto pero tengo que centrarme en mi trabajo en el Real Madrid. Para mí la selección es prioritaria, pero también llevo tres años sin ir así que tampoco puedo estar matándome por no ir. Si yo hago mi trabajo durante el año y no es suficiente tendré que seguir esforzándome por mejorar.
P.¿Qué pronóstico tiene para el Mundial de Turquía?
R. No puedo dar muchos pronósticos porque ha sido un bombardeo de gente que no va a estar. España puede revalidar el título y será favorita, pero Estados Unidos seguro que también estará fuerte aunque no sé que equipo llevarán finalmente. También habrá que tener en cuenta a Turquía. Va a ser complicado pero tenemos grupo suficiente para cubrir la baja de Pau Gasol. Muchas otras selecciones también tienen bajas y no tienen gente para cubrirlas como nosotros.
Vía | El País
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