FIBA presenta su Champions League de baloncesto
En noviembre de 2015 se presentó la nueva Euroliga y ahora la FIBA ha presentado su respuesta a esa competición, la Champions League de baloncesto. Y de aquí en adelante, se presenta una guerra de compra de voluntades y apoyos, y también de amenazas de castigos, que veremos en qué desemboca y cuáles son sus consecuencias.
La Liga de Campeones que pretende instaurar la FIBA sería una competición de 32 equipos, el doble de lo que sería la nueva Euroliga. Los equipos se dividirían en grupos (ocho equipos en cada grupo) y los mejores pasarían a la ronda de eliminatorias, que se jugarían en formato de ida y vuelta con la diferencia de puntos como clave, al estilo de lo que se hace en la Eurocup, por ejemplo.
La Champions no sería una competición tan cerrada como la Euroliga, donde 11 de los 16 equipos tendrían plaza fija. La FIBA pretende que la clasificación dependa de méritos deportivos y así, los dos mejores equipos de las mejores ligas obtendrían plaza (puede que alguna tres, según el apoyo que muestre a la FIBA) y habría ocho plazas por adjudicar mediante una ronda previa.
Eso sí, las cuantías económicas en juego son mucho menores de lo que se anunció que podrían percibir los equipos en la Euroliga. Por contra de las cifras millonarias que se habla al respecto, parejas e incluso superiores a los ingresos que reciben los clubes de fútbol, un campeón de la Liga de Campeones apenas superaría el medio millón de euros en premios.
La FIBA aprovechó la presentación de la Euroliga para dar un toque a las federaciones nacionales y pedirle que obliguen a los equipos a aceptar esta nueva competición y olvidarse de una posible nueva Euroliga. Y de paso, la FIBA amenaza con castigar a las selecciones de los países en los que surjan clubes rebeldes a su propuesta.
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