Joakim Noah hace que se traguen sus palabras

Cuando Chicago Bulls eligió en el número 9 del draft a Joakim Noah, muchos se llevaron las manos a la cabeza. La franquicia del estado de Illinois gastaba su pick en un jugador flacucho, largo y con un peinado bastante peculiar, mientras por detrás otros equipos se llevaban a jugadores a priori con mayor proyección o que a corto plazo daban un gran rendimiento como Spencer Hawes, Thadeus Young, Al Thornton, Rodney Stuckey, Daequan Cook, Aaron Brooks e incluso Rudy Fernández o Marc Gasol.

Un periodista del Chicago Tribune, Rick Morrisey, fue de aquellos que vio en la elección de Noah una mala opción así que afiló su pluma ácida para mostrar su opinión, tachando al nuevo center de los Bulls de blando y no apto para la NBA. Dos años después, el famoso periodista ha tenido que tragarse literalmente sus palabras como prometió que haría en su artículo si se equivocaba en su afimarción.

Armado de valor, ante las cámaras de vídeo y en presencia del propio Joakim Noah, Rick Morrisey recortó aquella columna en la que criticaba al jugador de la Universidad de Florida, la llenó de salsa para dalrle algo de sabor y hacerla algo más digestiva, y se la comió. Lo hizo además de formar voluntaria y admitiendo su error mientras el jugador de los Bulls lo animaba.

Hijo del ex tenista francés Yannick Noah, el año de rookie del jugador no fue bastante destacado y el inicio de la siguiente campaña tampoco, sobre todo cuando fue pillado con alcohol y drogas. Pero sería en esa temporada la de su evolución y en la que comenzaría a callar bocas. Noah ganó músculo, se hizo con el puesto de titular y demostró que es algo más que garra y pundonor tras una gran final de temporada y una muy buena serie de playoffs ante Boston Celtics, con los mejores registros de su carrera.

En esta temporada, la tercera de Noah en la NBA, el pivot de origen camerunés ha comenzado como center titular y no ha está defraudando la confianza de Vinny Del Negro, su entrenador. Como promedios tiene 11’5 puntos, 12’3 rebotes y 2’5 asistencias en 32 minutos de juego, y ahora mismo lídera la NBA en la estadística de máximo reboteador por partido.

Vía | Chicago Tribune

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