La bestia del descenso engullle al Real Betis

La bestia del descenso engullle al Real Betis

Escrito por: Javi    1 junio 2009    2 minutos

Tarde de nervios, de emoción, de transistores, de lagrimas de alegría y sobre todo, de tristeza, y las que más, en el Ruiz de Lopera. Ninguno de los contendientes pinchó, y el descenso se resolvió en el duelo fratricida entre Betis y Valladolid, con un ojo en Santander. Finalmente, la papeleta que quedaba para un puesto de descenso recayó en el Real Betis.

El equipo verdiblanco no superó el empate a uno ante el Valladolid. Los nervios atenazaron a ambos equipos, y conforme pasaron los minutos, y los resultados dejaron de acompañar, la tensión en los jugadores béticos era más que palpable. A igualdad de puntos con el Getafe, un solo gol de diferencia en el gol average manda al Betis a Segunda, diez años después. Del llanto en las gradas, se pasó al enfado y a los incidentes, tanto dentro como fuera del estadio, con el presidente Lopera como blanco de las iras de una afición cansada, que ha visto como su equipo se quemó tras varios años jugando con fuego.


Asuntos pendientes animaban al Racing a ganar al Getafe y mandarlo para Segunda, en un partido tenso en el campo y en las gradas. El Racing lo dio todo, y se adelantó con un tanto de Toni del Moral, pero el pirata Granero empató el partido. Que mejor despedida para el centrocampista madrileño que con el gol de la salvación. El Racing buscó un tanto, que no llegó, mientras que los jugadores del Getafe se defendían con un ojo puesto en lo que pasaba en Sevilla. Al final, alegría entre los azulones y manteo a Michel.

Osasuna cumplió sus deberes. A pesar de que partía la jornada tercero por la cola, con ganar le bastaba, y lo hizo. El Real Madrid sólo puso oposición hasta que se adelantó por medio de Higuaín. A partir de ahí se desinfló, y el Osasuna encontró los goles que buscaba con ahínco. Primero un disparo lejano de Plasil, en el que Casillas pudo hacer algo más, y luego Juanfran, con una espectacular volea, dieron la salvación a los osasunistas, una salvación brindada a la afición y a su capitán Cruchaga, que jugó su último partido como profesional.

Donde más se sufrió, aunque luego todo fue alegría, fue en El Molinón. El Sporting estuvo mucho tiempo virtualmente en Segunda, ya que el Recre mandaba en el marcador con un gol de Ersen Martin. En la segunda mitad, llegó la remontada en apenas diez minutos con tantos de Barral y de Luis Morán. Los gijoneses acabaron pidiendo la hora y sufriendo más de lo debido ante un equipo ya descendido, pero llegó el pitido final, y el júbilo se desató, reflejado en el rostro y las lágrimas de Manolo Preciado, un auténtico currante de esto.

Vía | Marca

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