La historia de «Gazza»

Pocos pensaban en Newcastle por aquel 1985 que un joven jugador de tan sólo 18 años iba a devolver la ilusión al equipo de las urracas. Esta promesa del fútbol inglés se llamaba Paul Gascoigne.

Era un centrocampista bajito pero muy fuerte, tenía un regate diabólico y una capacidad de mando y de liderazgo inusual para un chico de tan corta edad, así como un temperamento propio del juego de las islas. Esas características no pasaron desapercibidas por los clubes más importantes de Inglaterra y, unos años más tarde, fichó por el Tottenham, con el cuál debutó con la Selección Inglesa.

Probablemente en el equipo de North London vivió sus mejores momentos y en 1992, lo fichó la Lazio de Roma a golpe de talonario, pero como suele pasar con muchos jugadores ingleses que marchan de sus queridas islas, la experiencia fue un poco desafortunada. La leyenda del “Gazza” extradeportivo empezaba a crecer, sus continuas lesiones y el bajo rendimiento que ofrecía cuando jugaba hicieron a la Lazio desprenderse de él y fichó por el Glasgow Rangers.

Ahí vivimos sus mejores momentos como futbolista, grandes golazos, grandes asistencias y más de un partido inolvidable con la camiseta de los protestantes. A partir de aquí nada más que contar, breves estancias en el Everton e incluso en el Burnley de la First Division donde se habla más de su vida extradeportiva que de otra cosa.

No me voy a meter en los últimos sucesos que han pasado en la vida de Gascoigne, de todas formas, yo me quedo con el gran futbolista que fue, malogrado y poco aprovechado a causa de las lesiones, pero que sin duda, para aquellos que le vieron jugar, un verdadero honor y privilegio. Larga vida a Gazza.

Vía | Wikipedia

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