Liga de Campeones 2009/10: el Barça cae 3-1 ante el Inter y se complica la vida

Las semifinales de la Champions League se pusieron cuesta arriba para el Barcelona desde el principio. Un largo viaje en autobús como los de antes, un trío arbitral reserva que no se olvidará, un Inter que le ha ganado la partida tácticamente a un Barça muy espeso y en el que no han aparecido ni Messi, ni Xavi ni mucho menos Ibrahimovic . Todo ello ha desembocado en un marcador de 3-1 que obliga a los de Guardiola a una gesta en la vuelta en el Camp Nou. Y eso que el partido en sí, se le puso de cara a los azulgranas.

Porque el Barça comenzó ganando en la que probablemente fue su mejor jugada en todo el partido. Una internada de Maxwell la remató a puerta el siempre efectivo Pedro en el minuto 19. Mourinho acertó con el planteamiento, juntó mucho a sus hombres achicando espacios para ahogar al Barça y matarlo en salidas al ataque muy rápidas y directas. Los resultados comenzaron a ser visibles tras el tanto azulgrana, cuando el Inter comenzó a ser el dueño del balón y empató el partido.

Empate que llegó 10 minutos después. Sneijder remató sólo un pase de Diego Milito, un delantero que no suena en la lista de cracks mundiales y que sin embargo tiene gol, visión y trabaja como el que más. El argentino fue el mejor interista sobre el campo en la noche de hoy, y sólo faltó terminar la primera parte rematando a gol alguna de las ocasiones que tuvo antes del descanso el equipo italiano.

La segunda parte no pudo empezar peor, con una contra letal en la que Maicon lograría el 2-1, aprovechando que la defensa azulgrana tampoco estaba fina. El Barça seguía fuera de sí, más preocupado de protestar al árbitro su criterio a la hora de sacar tarjetas que de jugar, un criterio tan extraño que permitió que se fueran de rositas Cambiasso y Motta, encargados de cortar con falta cualquier intento azulgrana de sacar el balón jugado. Tras perdonar Busquets el empate a 2-2 llegaría el mazazo de Milito y la actuación estelar de Olegario Benquerença.

El árbitro dio como válido un gol de Diego Milito en claro fuero de juego. Era el 3-1 y San Siro era toda una fiesta. Por delante quedaba media hora en la que el Barça se fue animando, en la que no se pitó un penalty sobre Dani Alves, quizá por la ración de teatro que le echa siempre el brasileño, y en la que Lucio salvó bajó palos la ocasión más clara de los azulgranas, una gran jugada de Piqué en el área pequeña, en unos minutos finales en los que, con el central que catalán como improvisado delantero, los azulgranas agobiaron un poco a Julio Cesar.

Dice el refrán que lo mal empieza, mal acaba. De todos modos, esto aún no ha acabado, quedan 90 minutos en el Camp Nou en los que el Barça deberá recobrar el espíritu de Stamford Bridge, o de otras grandes noches, para hacerle dos goles a un equipo de Mou, una proeza complicada. El camino a la final del Santiago Bernabeu se ha puesto cuesta arriba, peor que un viaje en autobús.

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