Liga de Campeones 2012/2013: El Málaga comienza con victoria su andadura en Champions
No pudo empezar mejor el Málaga su andadura en la Liga de Campeones; su verdadero debut en la competición que todos sueñan con jugar. Sonó el himno en La Rosaleda y, pongo la mano en el fuego, pocos fueron los que no se emocionaron. Nada más comenzar, y casi sin tiempo a que pudiésemos fijarnos en la colocación de los 22 jugadores sobre el terreno de juego, llegó la primera ocasión y el primer gol. Un golazo de Isco que supo recortar a la defensa visitante tras el pase de Eliseu.
El Málaga se adelantaba en el marcador a la vez que la afición comenzaba a soñar con un inicio que, valga la redundancia, solo se habían atrevido a soñar. Tan solo diez minutos después, en el 13 de juego, Jesús Gámez regalaría un balón a Saviola que, como acostumbra el delantero argentino, no falló. De esta manera, colocaba el 2-0 en el marcador. La grada se venía abajo.
El partido siguió con la tónica marcada por los chicos de Manuel Pellegrini. El entrenador chileno planteó de forma excelente el partido ante el que se supone es el más fuerte del grupo. El más fuerte superado por el debutante.
Pero para debuts el de Isco. Este chaval es un verdadero genio. ¡Qué partido hizo! Mareó a quien quiso y como quiso. Además, en el minuto 76 redondearía su actuación con un golazo desde fuera del área que nos dejó a todos boquiabiertos.
El Zenit, por su parte, se vio en todo momento aislado del juego. Es cierto que en ciertos momentos supo poner en apuros, mediante Fayzulin, Kerzhakov y Hulk, a la defensa local. Llegaron varias veces y, en más de una ocasión, con serio peligro. Pero todas las veces se encontraban bien con Demichelis o bien con Weligton. Y cuando estos dos no aparecían estaba Willy Caballero para salvar los muebles.
Hay que felicitar al Málaga, a Manuel Pellegrini, a su afición y a todos los jugadores que conforman la plantilla. Han sabido dar la cara en un partido complicado. No es fácil llegar a la Champions y, menos aún, comenzar la fase de grupos ante un rival fuerte ganando por 3-0. Y, por si fuera poco, dominando el encuentro.