El Liverpool y las áreas de Anfield
El Liverpool de Klopp sigue desinflándose con la ausencia de Saido Mané y la falta de acierto de sus puntas. Esta vez fue un serio Swansea quien profanó Anfield con un juego tan defensivo como eficaz en las áreas, mientras que los Reds se encontraron perdidos en continuas variaciones tácticas durante gran parte del encuentro.
Sin cambios significativos en el once con respecto al común esta temporada exceptuando la entrada de Klavan por Joel Matip se presentaba el Liverpool ante un Swansea de Paul Clement que, consciente de las fragilidades defensivas del rival, no dudo en colocar un once ofensivo con la presencia de Leroy Fer, Routledge, Sigurdsson y Llorente en el ataque.
El Swansea planteó el encuentro sin salida a la presión de los centrales reds sabiendo de la velocidad de transición que gasta el conjunto dirigido por Jurgen Klopp, esperando en su propio campo para robar y salir a la contra y la referencia de Llorente como fijador de la posición de los centrales.
El Liverpool por su parte aprovechaba el repliegue del cuadro visitante para sumar hasta 7 jugadores en las proximidades del área, siendo fieles al estilo tan atractivo a la par que kamikaze que han desarrollado durante la temporada.
La aglomeración de jugadores y la poca capacidad de robo en la zona de elaboración por parte del Swansea permitía que las oleadas ofensivas se sucedieran inclinando el campo a favor del Pool. La superioridad aplastante en lo físico de Wijnaldum y el buen criterio de Henderson tintaban de rojo el encuentro en los primeros 20 minutos. Sin embargo, el Liverpool no era capaz de traducir la posesión del balón en peligrosidad ante la falta de ideas a la hora de llegar al área, incapaz de superar las líneas sucesivas de 4 y 5 jugadores que colocaba Clement.
Así, los cisnes fueron desplegando las alas en el último tercio de la primera mitad, mordiendo más a los mediocentros locales que no podían más que establecer un juego horizontal inocuo. Vista la poca peligrosidad del Liverpool, el Swansea salió en la segunda mitad decidido a dar un paso hacia delante utilizando los balones altos que tantos problemas generan en la defensa rival. De hecho, el primer gol de Llorente llega en un córner que se posibilita gracias a la incapacidad de Lovren y Emre Can de despejar con corrección el balón.
No le había dado tiempo a Klopp a reajustar su plan ofensivo cuando de nuevo la pasividad defensiva de Emre Can y Henderson en la ayuda a Clyne permitía que Llorente hiciera doblete en menos de 5 minutos.
Ya con el 2-1 en el marcador gracias a Firmino Klopp decidió sacar a Coutinho del terreno de juego para dar entrada a Sturridge, pero lejos de utilizar al ariete como fijador de la posición de los centrales el alemán colocó en fase ofensiva al inglés junto al brasileño abiertos en los laterales del área en busca de la llegada en segunda línea de jugadores como Emre Can y Lallana. Sin embargo, ni Henderson ni Wijnaldum fueron capaces de adelantar su posición como mediapuntas y Lallana se encontraba frecuentemente en la disyuntiva de subir a zona de remate o bajar a recibir el balón.
Ante tales pobres resultados, Sturridge acabó pasando a la posición de 9 fijo con Firmino y Lallana permutándose constantemente. Si el Liverpool consiguió empatar fue por la calidad individual de Roberto Firmino, ya que en toda la segunda parte apenas se había inquietado a Fabianski. Tan cierto como que los de Anfield estuvieron apretando tras la igualada lo es que el fútbol se un deporte de áreas, y la poca determinación que tuvieron los visitantes fue tan importante como la debilidad mostrada atrás, con Sigurdsson poniendo de nuevo por delante al Swansea.
Actuó rápido Clement colocando a Rangel, y aunque las acometidas kamikazes del Liverpool no dejaron de aparecer en los últimos minutos, el Swansea supo quitar el esférico a los locales y minimizar a un equipo que lleva con la pólvora mojada un más de un mes y que cuando obtuvo oportunidades claras dentro del área no fue capaz de finalizar.
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