Marcello Lippi anuncia su retirada de los banquillos

Con 66 años ha decidido que ya va siendo hora de jubilarse. Pese a que su trabajo no es un trabajo cualquiera, o quizá precisamente por esa razón, Marcello Lippi ha decidido que ya es hora de dejar los banquillos. De este modo, Lippi ha anunciado su retirada como entrenador, que no su retirada del mundo del fútbol, al que seguirá ligado irremediablemente pues ha ocupado toda su vida hasta la fecha.

Y es que el italiano no conoce otra profesión que no esté relacionado con el fútbol. Con apenas 20 años debutó como jugador profesional en 1969 en el modesto Savona antes de llegar a la Sampdoria, donde jugó más de 200 partidos en 10 temporadas. Sus últimos coletazos como jugador los daría en otros dos equipos humildes, el Pistoiese y el Lucchese, donde se retiraría en el año 1982.

Nada más colgar las botas, Lippi se enfundaría el traje de entrenador, primero en los juveniles de la Sampdoria, para luego dar el salto a equipos seniors. Empezó por los escalafones más bajos del fútbol italiano hasta que el Cesena le da la oportunidad de debutar en la Serie A. En la máxima categoría también entrenaría al Atalanta y al Nápoles antes de iniciar su primera etapa en la Juventus.

La Vecchia Signora es el equipo al que se relaciona inmediatamente la faceta de Lippi como entrenador. Lo dirigió entre 1994 y 2004, con la salvedad de que se fue al Inter de Milán en la temporada 1999-2000. Con los turineses ganó todos los títulos: la Serie A en cinco ocasiones, la Coppa, la Supercoppa en cuatro ocasiones, la Champions League de 1996 y la Supercopa de Europa y la Copa Intercontinental del mismo año.

Lippi dejó la Juve en 2004 diciendo que jamás volvería a entrenar a ningún otro equipo, promesa que olvidó cuando firmó por el Guangzhou chino. Antes de eso, Lippi guiaría desde el banquillo a la selección italiana a la victoria en el Mundial de 2006. Dejó la selección tras ese éxito aunque volvió tras la Euro de 2008 para llevarla al Mundial de 2010, donde esta vez se marcharía por la puerta de atrás y no por la de delante.

Como decimos, olvidó su promesa de no entrenar a ningún club para hacerlo en China estos dos últimos años y para sumar a su palmarés el principal título de Asia, la Liga de Campeones, entre otros a nivel nacional. Y en el Guangzhou lo deja, veremos si definitivamente, veremos para qué, aunque a buen seguro, para algo ligado a lo que viene siendo su vida, el fútbol.

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