Me río de la Gripe A, ¡yo tengo el Virus FIFA!

Me río de la Gripe A, ¡yo tengo el Virus FIFA!

Escrito por: Adrián Cabanas    13 octubre 2009    4 minutos

Nueva semana para las selecciones y, una vez más, el Virus FIFA hace acto de aparición. Sin irnos siquiera a otras ligas, ya sólo en España hemos sufrido los efectos devastadores de esta pandemia para la que existe cura, pero falta el sentido común para aplicarla. Las víctimas son de órdago. Cristiano Ronaldo, Torres o Marchena se cuentan entre las bajas y, una vez más, las voces de los grandes y sus medios afines se alzan indignadas ante tamaña tropelía. ¿Cómo van a pagar los clubes las consecuencias de unas lesiones producidas mientras el jugador competía para otro equipo que el que le paga?

En estos últimos años, el mundo ha contemplado con pasmo cómo Laporta osaba desafiar a la FIFA negándose a ceder a sus jugadores brasileños o argentinos a sus selecciones y que, sólo tras arduas negociaciones, el presidente culé accedía en condiciones favorables. Yo también me asombré, lo admito, porque recordé cómo 10 años atrás Lendoiro, presidente del Deportivo, se negó a ceder a Mauro Silva a Brasil para un partido de escasa trascendencia, ya que se perdía el Depor-Madrid de la jornada inaugural de Liga, y ni se hizo una gran campaña mediática a su favor ni nadie intercedió por la vía de la negociación. Es más, tuvo que ceder, como en tantas otras ocasiones, ante la amenaza de castigo por parte de la FIFA. Y es que cuando no eres grande, no hace falta negociar para que cedas a los jugadores. Se te «mete un puro» si te niegas y santas pascuas.


Como decía antes, las soluciones existen, pero falta el llamado sentido común para alcanzarlas, y digo lo de llamado porque, pese a decir que es común, lo considero un bien realmente escaso. Los problemas que generan estas lesiones se pueden explicar, en gran medida, en el exagerado calendario de partidos que hay. ¿Por qué sigue sin implantarse un calendario de competición común a nivel mundial que permita coordinar todas las competiciones de selecciones y clubes para que no se acumulen tantos partidos en tan pocas fechas? ¿Por qué en España empezamos la liga hasta un mes después que otras ligas europeas y nos vemos obligados a recuperar jornadas prácticamente a remolque, jugando partidos entre semana, entre otras medidas? ¿No supone eso una acumulación innecesaria de partidos en demasiados pocos días? Si, además, le sumamos que nosotros no jugamos en Navidad, tenemos otras 2 o 3 jornadas que recuperar con respecto a la Premier League, por ejemplo.

En total, sumamos casi dos meses de atraso con respecto a la liga inglesa. Es decir, menos tiempo para disputar la competición, mayor acumulación de partidos, mayor riesgo de lesión para los jugadores de la Liga española. La pregunta lógica es: ¿por qué nadie tiene el sentido común de adelantar un mes el inicio de la liga? ¿Por qué nadie propone seriamente jugar en Navidad? ¿Por qué los responsables de semejante incompetencia siguen en el poder? ¿Qué intereses los mantienen en la poltrona?

Podríamos entrar a comentar la posibilidad de que, desde la FIFA, se trate de contratar seguros para los futbolistas internacionales que jueguen partidos con su selección en fechas oficiales, por ejemplo, igual que puede haber, ha habido y habrá muchas otras propuestas que se oirán y que nadie querrá escuchar salvo que salgan de boca de los grandes. Pero por mucho que protesten, dudo mucho de que a los presidentes de Madrid o Barcelona les interese cambiar en gran medida el modelo que les permite sostener presupuestos de 500 millones donde sus competidores no pueden sostener ni 50 kilos por año sin endeudarse. Es lo malo de los monopolios, los que tienen el poder no quieren renunciar a él y, si nadie interviene, las cosas siguen siempre igual. ¿Pero para qué sirve la FIFA entonces?

Al final todo sigue igual, si el perjudicado es un grande no hay problema, se negocia para compensarle y así callará. Ahora bien, el día que sea el Racing quien se niegue a ceder a un internacional… los virus son más virus cuando son para los pobres, ¡y ay si es de la FIFA!

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3 comentarios

  1. Fernando dice:

    Este es un tema del que año tras año se habla pero no se hace nada, aunque parece claro que también interesa reducir el calendario.

    Por un lado están las ligas, como la española, que podrían pensar en reducir el número de equipos de 20 a 18 en Primera (de los 22 de Segunda mejor no hablamos). Otro tema a mirar son las eternas fases de clasificación, con 10 partidos España pero en Sudamerica son casi una Liga. Si analizamos por ejemplo los grupos de Europa vemos que hay muchos equipos que son cenicientas en cierto sentido (Malta, Andorra, Armenia, etc.), y que es casi imposible que lleguen al Mundial pero ayudan a formar grupos de 7 u 8 equipos que alargan la clasificación.

    Por supuesto me parece justo que estos países participen, pero quizás se podría usar otra liguilla aparte para ellos, premiando a uno por ejemplo con una plaza, grandísimo premio por otra parte, y aligerando un poco los grupos, lo que reduciría al menos cuatro-seis partidos de selecciones, de los que un par se podrían usar para amistosos y el resto para descansar. La fase de clasificación sería más interesante tanto para los grandes como para los pequeños pero habría el riesgo de que cayera algún grande, cosa que a FIFA no le interesa (ahí están las repescas…) y también que entrara un muy pequeño en el Mundial (como pasó este año en la Champions).

  2. efortes dice:

    También podríamos hablar de que la profesionalidad en el fútbol es bajísima. En la NBA (si, soy un pesado amigos pero es lo que pienso) se juegan 82 partidos en 6 meses y luego en 60 días todos los play-offs, con giras de 15 partidos fuera de casa en 20 días. Nadie se lesiona, nadie se queja, todos rinden. Por qué, os preguntaréis, Porque son unos profesionales como la copa de un pino.

    Rara vez se ve a Kobe un viernes noche en las zonas de fiesta cargado como un piojo tirándole los trastos a todo bicho viviente, como se ven por aquí a los jugadores del Tenerife, y del Depor (que hablen de Tristán a ver) y del resto de clubes. La profesionalidad cuesta, es trabajo que hay que hacer y sacrificios en pos de tu posición, de tu club y de tu salario.

    No digo que el calendario no sea un problema, o que los equipos cenicienta se puedan clasificar en un grupo aparte con dos plazas para el mundial (así podrían ir al mundial de cuando en cuando, disfrutar de él). Pero lo que si digo es que en Europa y en el fútbol la chabacanería se adueña del cotarro.

  3. Es cierto lo de la profesionalidad, y quizá también tenga que ver la excesiva precocidad con la que saltan ahora los jugadores a Primera División. Antes no era raro ver a un pibe debutar en Primera a los 23 o 24 años y se decía que los jugadores disfrutaban de su mejor época entre los 27 y los 31 años de edad, pudiendo retirarse a los 36, 37 o 38 años jugando aún a buen nivel. Aún hoy en día hay gente que lo hace, como Maldini, Carboni o Donato, pero esta gente son casos claros de jugadores superprofesionales que duran lo que no está en los escritos.

    Ahora las carreras de los futbolistas empiezan antes, pero también duran menos. Los pibes debutan con 18 o 19 años, si no antes (como Iker Muniaín), alcanzan su plenitud a los 22 o 23 tacos y a los 27 se habla ya de que son veteranos y muchos a los 30-32 están acabadísimos. A un tío que a los 18 años ya juega en Primera, está forrado y le rodean las pibas, no le puedes pedir que sea profesional y curre durante 15 años porque siendo apenas un niño ya es como un Dios.

    Es así, Tristán es un tío para el que el físico debería ser secundario ya que siempre fue un tío muy lento, que se basaba en su técnica, pero está acabadísimo desde los 28 o antes. En cambio, Munitis, que no es un prodigio técnico, pero tiene una velocidad y una resistencia apabullantes, con 34 años sigue estando a tope y siendo un muy buen jugador de Primera. Pero claro, en Coruña se veía a Tristán en los casinos y discotecas, mientras que a Munitis lo veían casi todos los días corriendo a solas por la playa de Riazor.