Mitos del entrenamiento con pesas
Existen diferentes modos y maneras de realizar un entrenamiento para mejorar nuestra forma física. Uno de ellos es el uso de cargas externas, es decir, pesas. Sin embargo, alrededor del uso de las pesas se ha tejido una red de mitos que hacen que muchas personas no acaben de decirse, o incluso rechacen de forma tajante este sistema de entrenamiento.
A continuación, vamos a poner ejemplos de dichos mitos y la explicación de porqué carecen de sentido:
1. El entrenamiento con pesas reduce la flexibilidad
Esto es totalmente falso. El entrenamiento con pesas puede servirnos de gran ayuda para mejorar nuestra flexibilidad, eso sí, siempre que en la ejecución de cada ejercicio el músculo complete rangos de movimientos en su totalidad.
2. El entrenamiento de fuerza daña las articulaciones
El trabajar la fuerza con cargas externas puede traducirse en una mejora de la resistencia de los ligamentos que unen nuestras articulaciones, lo que propicia que se reduzca considerablemente el riesgo de lesión.
3. Con las pesas no sudas, por tanto, no quemas grasa
Muchas personas afirman que el sudar durante una actividad física es sinónimo de la quema de grasa. Esto es rotundamente falso, puesto que el sudor no es más que un mecanismo que utiliza nuestro cuerpo para regular la temperatura del mismo. No hay relación ninguna entre sudar y el gasto calórico.
Al entrenar la fuerza, contribuimos a aumentar nuestra masa muscular, lo que provoca que sí se vea incrementado ese gasto calórico al que hacíamos referencia anteriormente.
4. Si dejo de entrenar con pesas, engordaré
Al entrenar con pesas, nuestros músculos se desarrollan y necesitan un mayor aporte calórico, por lo que comemos más. No obstante, si cesamos en nuestro entrenamiento, puede que tengamos los mismos hábitos alimenticios pero nuestro gasto calórico es menor. Esta es la causa principal del aumento de peso.
El tejido muscular jamás se convierte en tejido adiposo, ni siquiera suspendiendo el entrenamiento de forma totalmente drástica. Esto es algo que también circula por ahí, hasta el punto de mitificarse.
En definitiva, el entrenamiento con pesas, siempre y cuando se haga de un modo totalmente correcto, puede ser altamente beneficioso, y no provoca muchos de los efectos anteriormente citados.
Foto| FullMúsculo
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