Mundial de natación 2017: un oro y dos platas, el botín de Mireia Belmonte

El Mundial de natación de 2017 ha finalizado con Estados Unidos liderando el medallero. Los americanos han conseguido un total de 46 medallas, 21 de ellas de oro, muy por encima de las 30 totales de China, de las cuales 12 fueron de oro, y de las 25 que consiguió Rusia, 11 de las cuales fueron de oro.

Un oro y cinco platas es el botín de España en el Mundial de natación 2017

España ha terminado en el undécimo lugar del medallero global con un total de seis medallas. Ya os contamos que Ona Carbonell consiguió dos platas en natación sincronizada, que llegó otra plata más gracias al equipo femenino de waterpolo, y nos falta por comentar el botín de Mireia Belmonte: un oro y dos platas.

Belmonte, que renunció en su mejor momento al Mundial de Kazán para llegar en el mejor estado de forma posible a Río 2016, por fin consiguió el oro que le faltaba, un oro en un Mundial de piscina larga. Lo consiguió en su prueba fetiche, los 200 metros mariposa, donde ya había ganado el oro en los Europeos y en los Juegos Olímpicos, batiendo por muy poco a la alemana Franziska Hentke.

Antes de ese oro, Belmonte había comenzado el Mundial quedándose fuera de la final en dos pruebas: los 200 estilos y los 400 metros libres. Si bien, se desquitó y apagó los fuegos de las dudas consiguiendo la medalla de plata en los 1500 metros libres, una plata que a cualquiera le sabe a oro teniendo en cuenta que la estadounidense Katie Ledecky lleva años dominando esta prueba de forma insultante.

Mireia ya tiene medallas de oro en todos los grandes eventos

Para cerrar los campeonatos, Belmonte conquistó la plata en los 400 metros estilos, otra prueba que tiene una dominadora clara desde hace años, la húngara Katinka Hosszú. Como es costumbre, Belmonte hizo una carrera de menos a más, sufriendo en la braza y sobre todo la espalda y protagonizando una gran remontada en los 100 metros a estilo croll.

Aparte de Mireia Belmonte, la otra española que ha brillado en la piscina fue Jessica Vall. La de Barcelona se clasificó para las dos finales de las pruebas que nadaba, los 200 metros braza, donde fue octava, y los 100 metros braza, donde fue séptima, mejorando sus prestaciones de Río 2016 donde no pudo ser finalista.

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