Mundial de Sudáfrica: Alemania logra una victoria brillante sobre Inglaterra pero empañada por un gol fantasma
El Mundial de 1966 se recuerda por el gol que nunca entró y que dio la victoria a Inglaterra en la final. Desde entonces, Alemania se ha cobrado muchas veces esa afrenta pero nunca de una manera tan parecida como la de hoy. Porque el gol fantasma de Lampard, que sí entró y que nunca subió al marcador, ha marcado este encuentro de octavos de final entre germanos y ingleses que ha respondido a las expectativas y que ha sorprendido por su resultado: 4-1 para la Mannschaft.
Si en el fútbol hubiera justicia, Inglaterra debía haber empatado el partido a 2. Aún así, si este deporte fuera justo Alemania debería haberse ido al descanso con 3 o 4 goles a favor, y es que los jóvenes y talentosos atacantes alemanes no tuvieron miedo y sacaron al aire todas las vergüenzas de una defensa veterana, experimentada, y además dirigida por Fabio Capello. A los 4 minutos ya avisó Ozil, la primera media alemana iba a ser un baño sobre los pross.
Curiosamente las mejores jugadas de los chicos de Low no terminaron en gol, y sí las más tontas. Así, Alemania se adelantó con un gol de Klose asistido por su guardameta Neuer, gracias a que la pareja de centrales británica se tragó el balón. Diez minutos más tarde, Terry se vuelve a comer un balón largo y Muller asistió a Podolski para que fusilará a David James. Y todavía perdonó dos ocasiones más en apenas cinco minutos antes de que llegara la reacción inglesa.
Recortó distancias el equipo de Fabio Capello con un gol del central Upson de cabeza tras un centro de Gerrard al que sale muy mal Neuer. Un minuto después, llega la jugada que marcará el resto del partido, un golazo de Lampard. Sin embargo, ni el colegiado uruguayo Larrionda ni su asistente ven que la pelota tras botar en el larguero bota al menos un metro dentro de la portería y no conceden el gol. Los árbitros estaban muy lejos de la jugada, pero ni por esas tienen excusa alguna.
No se hundió Inglaterra tras ese error, sino que creció y tiró de épica para afrontar la segunda mitad. Así, los primeros 25 minutos de la segunda mitad han sido de los mejores del campeonato para los ingleses, pero no fueron capaces de lograr el empate, pese a que Lampard y Milner gozaron de un par de oportunidades claras. Alemania estaba desarmada, pero llegó su momento y castigó con dureza a una defensa inglesa de lo más blanda e inocente.
A la contra, el delantero del Bayern Munich Muller se consagró como futbolista en apenas un par de minutos, logrando dos goles. El primero de ellos nace en sus botas y en el mismo área germana, Muller lanza un balón largo a Schwensteiger, que conduce hasta el área para asistir al delantero que no falla con su disparo. El segundo. Idem de lo mismo en el segundo, balón despejado desde el área germana hasta Ozil, que revienta en carrera a su par y asiste a Muller para que marque.
Alemania asusta, tiene mucho talento arriba, y tienen una camiseta que los transforma y les ayuda a sacar las castañas del fuego. Se acaban de cargar a una de las grandes favoritas, en el top 3 junto a Brasil y España, y se presentan en cuartos de final. Nunca se les puede dejar de tener en cuenta.
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2 comentarios
Aunque Alemania mereció ganar ese gol fantasma podía haber cambiado el partido porque con 2-2 los ingleses hubieran jugado diferente a como lo han hecho cuando necesitaban marcar. En cualquier caso, la propuesta de Low y la joven Alemania es mejor que la de Capello, así que mejor para el espectáculo.
Goles como este vuelven a reabrir el debate sobre la introducción de tecnología en el fútbol. No soy partidario de introducir demasiada, pero si se podría experimentar con temas tan claves como los goles fantasma que además son muy fáciles de resolver en cuestión de segundos con la tecnología que hay hoy en día.
El experimento de los jueces de área que se ha probado en la Europa League fue un fiasco, en lugar de equivocarse 3 árbitros lo hacían 5.
Hay que implementar la tecnología sin que se pierda la esencia del fútbol. Es complicado, pero para eso tiene la FIFA a sus cerebros.