NBA 2017-2018: previa de la Conferencia Oeste (División Noroeste)
A punto de comenzar una nueva temporada en la NBA, la 2017-2017, vamos a analizar brevemente cómo se presenta el nuevo curso para cada equipo, conferencia a conferencia y división a división. En esta ocasión, nos ponemos con la División Noroeste de la Conferencia Oeste, compuesta por los Denver Nuggets, los Minnesota Timberwolves, los Oklahoma City Thunder, los Portland Trail Blazers y los Utah Jazz.
Denver Nuggets
Los Nuggets finalizaron la temporada pasada en la peor posición posible: novenos. Ni playoffs ni una buena posición en el draft. Ni frío ni calor. Esta temporada, la consigna es la de mejorar esa novena plaza y volver a la postemporada tras tres años de ausencia, y es posible por muy duro que se haya vuelto el Oeste.
La plantilla que dirige Mike Malone sólo ha tenido un cambio pero de gran significado: se fue Gallinari y llegó Paul Millsap. Se va (a los Clippers) un gran anotador, aunque los de Denver no se van a resentir porque andan sobrados de jugadores capaces de hacer puntos, y llega un veterano que defiende muy bien (que es donde flojeó la franquicia el curso pasado), que también sabe generarse sus propios puntos y que puede ser un complemento perfecto a Jokic.
El serbio (curiosamente, el jugador que menos cobra) es la estrella del equipo, no sólo porque genera sino porque lo ayuda a generar gracias a su visión de juego, atípica para un jugador de físico. De ello se aprovechan la batería de jóvenes que hacen de estos Nuggets un equipo apetecible: los bases Murray y Mudiay, Will Barton, Gary Harris, y por supuesto el español Juancho Hernangómez, al que hay ganas de ver como sigue adaptándose a la NBA.
Minnesota Timberwolves
Han pasado catorce años de la última vez que los Timberwolves jugaron los playoffs de la NBA, pero según todas las apuestas no se llegará a los quince. Si no media desastre, en Minneapolis van a disfrutar por fin de la postemporada bajo el amparo de sus dos jóvenes estrellas, Wiggins y Towns, y tras una profunda reconstrucción de la plantilla que se ha llevado a cabo este verano.
Una reconstrucción que le ha costado el puesto a Ricky Rubio, rumbo a los Utah Jazz, y a otro de los prometedores talentos del equipo, Zach LaVine, rumbo a los Chicago Bulls junto a Kriss Dunn. Y en la que han llegado Jeff Teague como nuevo armador de juego, Jamal Crawford para liderar a una segunda unidad con Muhammad y Dieng, y dos jugadores que Thibodeau conoce de sobra: Jimmy Butler y Taj Gibson.
Butler y Gibson serán jugadores importantes más allá de lo que puedan aportar en ataque y en defensa. Serán también los principales mentores para Wiggins y Towns respectivamente, los espejos en los que mirarse. Los jóvenes tienen talento de sobra, ahora les falta aprender la ética de trabajo que ha llevado a los otros a ser lo que son hoy día.
Oklahoma City Thunder
Salió Harden, salió Ibaka y, especialmente, salió Durant … Los Thunder parecían que iban a convertirse en una franquicia a la deriva pero su general manager, Sam Presti, ha sabido reconducir la situación. Primero, consiguió convencer a Westbrook para que siguiera, y éste además respondió logrando el MVP de la temporada, y ahora lo ha rodeado de dos jugadores All Star creando un auténtico Big Three.
Para algunos, Presti es el máximo favorito a ganar el premio a ejecutivo del año si los resultados acompañan a unos Thunder que, según los managers, son el equipo que mejor se ha reforzado. No en vano, hablamos de que han llegado Paul George y Carmelo Anthony, sólo para una temporada (player option aparte), pero qué temporada pueden ofrecer.
Los fans de los Thunder han recuperado la ilusión y ya ven a su equipo peleando otra vez contra los Warriors en las finales de la NBA. Si el Big Three conjunta prometen muchos puntos por partido y muchos problemas para las defensas rivales, y con un banquillo decente (Abrines, Patterson o Felton entre ellos), el gran debe de los de Oklahoma puede estar por dentro, donde Steve Adams se ha quedado bastante solo.
Portland Trail Blazers
Hablar de los Blazers es hablar de Damian Lillard y CJ McCollum. Entre los dos promediaron el año pasado 50 puntos para su equipo (27 el base y 23 el escolta) y son los grandes culpables de que los de Portland sigan siendo un equipo a tener en cuenta para jugar playoffs en el salvaje Oeste. Si bien, la realidad es que con ellos dos solos no basta y ya el año pasado quedó demostrado.
De no ser por la llegada de Nurkic antes del tradeline, los Blazers probablemente no se hubiesen metido en playoffs por cuarto año consecutivo. El jugador serbio deberá mantener el gran nivel que mostró en la recta final y que fue fundamental para robarles la octava plaza los Nuggets, y otros jugadores, como Evan Turner, van a tener que demostrar que el esfuerzo económico que hizo la franquicia el verano pasado obtiene una recompensa.
Y es que ese es el problema de estos Blazers. Una serie de jugadores hicieron una temporada a gran nivel, la franquicia tuvo que pagarles bien para asegurarse su continuidad y, ahora, no tiene margen para mejorar una plantilla que, realmente, necesita mejoras una vez se ha visto que esos jugadores raramente volverán al nivel mostrado.
Utah Jazz
Desde que llegó a la NBA, Ricky Rubio jugó en los Wolves y vivió una temporada perdedora tras otra. Ahora que por fin la franquicia de Minnesota apuntaba a ganadora por primera vez en más de una década, el base español salió traspasado rumbo a los Utah Jazz, una franquicia cuyo devenir en esta temporada es toda una incógnita, con buenos jugadores pero sin los dos que marcaban la referencia hasta el momento.
Sin Gordon Hayward, que se marchó a los Celtics, y sin George Hill, los Jazz se quedan sin su principal estrella y sin su segundo anotador. Así pues, falta por ver qué jugadores tomarán el testigo en una faceta tan importante para el juego. La cosa está entre Derrick Favors y el francés Rudy Gobert por dentro, y Rodney Hood por fuera.
Rubio puede ayudar a que estos jugadores encuentren mejores opciones de cara al aro y, también, puede ayudar a que el equipo de Salt Lake siempre sea difícil de batir y muy competitivo, que en ello trabaja y mucho el entrenador Snyder. Preo hay que ser optimista para pensar que los Jazz no se van a resentir de la ausencia de Hayward y que van a conseguir un puesto para los playoffs, cuando hay tantos equipos aspirando y sólo tienen cabida ocho.
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