NBA: Geltry despedido de los Suns
El peor equipo de la Conferencia Oeste en lo que va de temporada son los Phoenix Suns. Y su entrenador, Alvin Gentry, puede que sea uno de los que menos parte de culpa tengan de todo ello. Sin embargo, la cuerda se rompe una vez más por el lado más débil y Gentry, que llegó al equipo en 2009, ha sido despedido como técnico del equipo en un año en el que están cayendo varios entrenadores en la NBA.
Si bien se puede creer que Gentry no ha sacado el máximo rendimiento al potencial de este equipo, yo es que sinceramente a estos Suns de esta temporada no les veo mucho potencial, al menos, no como para acercarse a puestos de playoffs en una Conferencia Oeste donde este año se va a vender muy cara la octava plaza. Y sí, comprendo que Gendry, como todos, tendrá su parte de culpa de los números del equipo, pero es que yo no los veo tan extraños.
Los Suns perdían este año a Steve Nash, por lo que se quedaban sin su jugador franquicia. Eso ya no es augurio de nada bueno, aunque a la postre va a ser el mejor movimiento de la plantilla, gracias a las rondas de draft que consiguieron. Porque los otros movimientos, que acercaron a jugadores como Luis Scola o Michael Beasley al equipo, no es que hayan sido precisamente muy acertados, visto el rendimiento de estos jugadores.
Con Beasley tirando a la basura la que iba a ser una prometedora carrera, y con Luis Scola lejos de los números que promedió en sus últimos tres años en los Rockets, a los Suns se les ha quedado como buque insignia Goran Dragic. El base esloveno es el que firma los mejores números de toda la plantilla, así que comprenderán por donde van mis tiros: a un equipo como este, poco más se le puede exigir salvo hacer que la temporada pase rápido.
Así pues, como comprenderán, Gentry, aunque también culpable como todos los que están ahí, poco podía hacer para cambiar el rumbo de los Suns. Unos Suns que desean que termine la temporada cuanto antes y que esperan tener la fortuna de cara en el draft, para empezar en serio una reconstrucción y no como la de este año en el que las decisiones de su propietario, Sarver, han dejado mucho que desear.