NBA: Isaiah Thomas, ese loco bajito
A los Boston Celtics les ha caído un ángel del cielo, más bien un angelito. Los de Massachusetts, que se han ido desprendiendo paulatinamente de sus mejores jugadores esta temporada (Jeff Green y Ranjo Rondo) han visto cómo casi sin querer van a luchar por entrar en los Playoffs, un objetivo que no entraba para nada en los planes de la franquicia, más pendiente de reconstruir su roster de cara al futuro.
Sin embargo, la llegada de Isaiah Thomas procedente de los Suns ha cambiado la cara de los célticos, que ahora mismo ocupan la octava plaza de la Conferencia Este. Desde su aterrizaje, los Celtics cuentan con un balance de 5-3 y el jugador ha respondido con seis partidos de 20 puntos o más. Su trayectoria en la mejor liga del mundo no ha sido fácil desde el principio (fue elegido en el número 60 del draft), pero poco a poco él mismo se ha encargado de demostrar que tiene un sitio en la NBA, y además un sitio privilegiado para un talento innato y que desprende aroma de baloncesto por los cuatro costados.
Pero si algo ha marcado al jugador ha sido su nombre, muy parecido al del mítico Isiah Thomas, uno de los más grandes de la historia. Este hecho no es casual, y como casi todo tiene una explicación: su padre, fiel seguidor de los Bulls durante la década de los 80, se apostó con sus amigos a que Jordan y los suyos pasarían por encima de Bad Boys de Detroit, franquicia para la que jugaba Isiah Thomas. De no ser así, prometió que el hijo que su mujer y él esperaban se llamaría Isaiah, en honor al genial base. Dicho y hecho.
Nombres aparte, este Isahiah Thomas es un auténtico jugón, capaz de desnivelar partidos y contagiar a sus compañeros con su estilo atrevido y desenfadado. Huye de sistemas y entrenadores y simplemente salta a la cancha a hacer lo que mejor sabe, jugar al baloncesto, un deporte donde la altura no lo es todo, y sino que se lo digan a él y a su metro setenta y cinco. De su rendimiento dependerá que los Celtics alcancen los Playoffs en una temporada que se preveía de transición hasta su irrupción. Veremos cómo se desarrollan los acontecimientos, pero el espéctaculo con Isaiah y los suyos desde luego que está garantizado.
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