NBA: Joel Embiid, de posible número 1 a incógnita del draft
Hace algún tiempo conocíamos en este blog a Andrew Wiggins, uno de los grandes talentos que se vienen en el baloncesto y un posible número 1 del draft. Ahora, vamos a conocer a otro jugador que va a dar el salto desde la Universidad a la gran liga este verano, y del que también se esperan grandes cosas. Se llama Joel Embiid y es originario de Camerún.
Como muchos chicos del continente africano, Embiid llegó tarde al baloncesto y fue descubierto casi por casualidad. El chico prefería otros deportes, pero un buen día le aconsejaron que, dada su altura y sus condiciones físicas, probara fortuna en el baloncesto y que se pasara por un campus que organizaba Luc Mbah a Moute, un jugador NBA nacido en Yaoundé.
Se podría decir que fue amor a primera vista. Mbah a Moute se dio cuenta de que estaba ante un chico con enorme potencial y ayudó a que, a sus 16 años, diera el salto a los Estados Unidos. Embiid jugó en dos institutos diferentes antes de llegar a la Universidad, donde se decantó por la opción de Kansas, compartiendo vestuario con otro talento como Andrew Wiggins.
Con sus 2’13 de altura, y con muchas cosas aún por pulir dada su escasa experiencia, Embiid ha sido un jugador dominante. Como todo pivot joven, es explosivo cuando ataca, por lo que tiene que mejorar sus movimientos al poste, y es puro temperamento cuando defiende, por lo que suele cargarse de faltas. Sus números fueron de 11’2 puntos, 8’1 rebotes y 2’6 tapones.
Pero he aquí el problema, las lesiones. Embiid se perdió la parte final de la temporada y ahora ha sufrido una fractura por estrés en el pie. Los Cavaliers, los que tienen la primera elección y estaban más interesados en hacerse con el jugador, fueron los que descubrieron estos problemas que convierten a Embiid en la gran incógnita de este draft.
La incógnita es tal que, prácticamente, podemos apostar a que casi ningún manager de la NBA tiene claro que hacer. No elegir a Embiid y dejar escapar al último proyecto de pivot dominante es una mala opción, pero hacerlo, dejando escapar a otros jugadores muy interesantes, y que salga rana (a lo Anthony Bennett) podría ser una decisión a la altura de otros sonados e históricos drafts, como el del 1984 (¿recuerdan a Bowie?) o el de 2003 (¿recuerdan a Milicic?).
La verdad es que el día 26 está aquí mismo, y que en esta tesitura, no me gustaría estar en el papel de ningún general manager. Ese día saldremos de dudas sobre qué pasa con Embiid y si sale en el número 1 o cae algunos puestos (como mucho no lo dejaran pasar del sexto o séptimo lugar), pero todavía restarán años para saber si acertó quien lo eligió, o quien lo dejo pasar si se da el caso.