NBA: Saunders sale del despacho para entrenar a los Wolves

En mayo de 2013, Flip Saunders regresaba a los Timberwolves. El que fuera entrenador de la franquicia durante 10 años (de 1995 a 2005), los mejores años de la historia del equipo, volvía ahora para ocupar el puesto de general manager en sustitución de David Kahn. Era la confirmación de que el proyecto de reconstrucción de Kahn, iniciado en 2009 en el famoso draft de Ricky Rubio, no iba por buen camino.

Ahora, Flip Saunders baja del despacho para hacerse con el control del banquillo del equipo de Minnesota. O mejor dicho, será entrenador y a la vez general manager, empleado y jefe, tal y como lo va a hacer Stan Van Gundy en los Detroit Pistons. Así pues, el elegido por Saunders para sustituir a Rick Adelman en el banquillo de los lobos, tras la retirada de éste, es él mismo.

Más que porque confíe en sus posibilidades o de un ataque desorbitado, la razón por la que Saunders se ha elegido a sí mismo es porque no ha encontrado un entrenador que quisiera ir a Minnesota, que le gustara a él y que también gustara a los dueños de la franquicia. Después de muchas entrevistas con muchos candidatos, y sin convencer o sin encontrar a nadie que le convenza, tomó la decisión.

Volver ver a Saunders en el banquillo de los Wolves es, en parte, ilusionante, porque nos trae el recuerdo de aquel equipo que lideraba Kevin Garnett. Sin embargo, está claro que las cosas ya no son como antes y que, incluso, la temporada que entra se presenta con peores aspiraciones que la saliente, ante la posibilidad de que Kevin Love tenga que ser traspasado.

Y es que el fracaso de Kahn fue, por un lado, no acertar en la reconstrucción, y por el otro, no renovar a Love. Con sólo 1 año de contrato por delante y en un equipo sin grandes perspectivas, es lógico que Love haya pedido el traspaso, y es lógico que Saunders lo mueva, o bien en verano o bien durante la temporada, porque siempre es mejor conseguir algo a cambio que nada en esta operación.

La marcha de Love y el futuro de los Wolves tiene para Ricky Rubio connotaciones positivas y negativas. Deportivamente, sería una mala noticia el seguir ligado a un equipo perdedor. En cambio, económicamente, al base español le vendría bien ser la única estrella mediática del equipo porque en ese caso, y contando que Saunders sera tan pro-Ricky como lo era Kahn, a Rubio le espera un suculento contrato sobre la mesa en el verano de 2015.

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