Rafa Nadal: «Jugué al final solo por el número uno, la rodilla estaba mal»
El balear Rafa Nadal ha tenido temporadas de tenis increíbles y al mismo tiempo, ha tenido momentos muy difíciles debido a las lesiones que siempre caracterizaron su carrera. Solo Roger Federer puede llenar más estadios que él, y el evento de Brisbane lo sabe bien, ya que en 2017 se vendieron tres sesiones diferentes con Nadal en el Pat Rafter Arena de 5.500 asientos.
Sin embargo, Rafa no es realmente una garantía cuando se trata de jugar torneos ATP 250, 500 o incluso eventos importantes. Desde febrero de 2017 hasta ahora, se retiró de ocho eventos, antes o durante la competencia: Rotterdam, Queen’s, Basilea, Paris-Bercy, Finales de la ATP, Abu Dhabi, Brisbane y Fast 4.
Después de finalizar su 2017 en Londres, incluso él sabía que habría sido difícil comenzar la nueva temporada regularmente como estaba planeado, pero los eventos siguieron promoviendo su presencia y ahora llegaron las desilusiones por parte de los fanáticos, que quedaron decepcionados por los retiros.
«Cuando terminé Roland Garros, sabía que la primera posición de la clasificación era una opción real, pero se convirtió en un objetivo solo después del US Open»
Nadal le dijo a Movistar + para el programa Tie-Break.
«Al final del año tenía que ganar un partido y sabía que la rodilla no iba bien. En Londres, tenía que vencer a los mejores 8 jugadores de la temporada y en esas condiciones, hubiera sido muy difícil. Tuve que ir a París y luchar para ganar un partido, y eso es lo que hice».
afirmó el número uno del mundo.
Acerca de su participación en el Abierto de Australia y en Wimbledon la temporada que finalizó, el manacorí indicó:
«No tengo espíritu de venganza. Llegué a Australia el 2016 convencido de que mi nivel era suficiente para competir bien. Sabía que en la tercera ronda había tenido un partido difícil contra Zverev, que podría ser el punto de inflexión. Si lo superaba, otro torneo habría comenzado. En Wimbledon en cambio, los primeros dos sets con (Gilles) Muller fueron muy malos. Fue un partido muy incómoda. Si tengo que ser sincero, en Wimbledon sentí que podría haber llegado a la final. Pude ponerme presión».
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