Ricky Rubio devuelve la ilusión a Minneapolis
Mi primer equipo de la NBA fueron esos Minnesota en los que Garnett ejercía como líder acompañado de un gran base como Sam Casell, un penetrador como Latrell Sprewell y un magnífico tirador como Wally Szczerbiak. Flip Saunders estaba al mando. Aquellos timberwolves alcanzaron una final de conferencia, la cual jugaron y perdieron contra Los Ángeles Lakers del Big Four.
La temporada 2003/2004 que es de la que os estoy hablando, Kevin Garnett fue nombrado MVP de la regular season con unas apabullantes estadísticas: 24.2 puntos, 13.9 rebotes, 5.0 asistencias, 2.2 tapones y 1.5 robos por partido. Era un líder, era el jefe, era el jugador querido y aclamado por los wolves. Aquella final de conferencia contra lakers, fueron los últimos partidos hasta día de hoy que jugaron de post season.
Al siguiente año, el panorama cambió de forma radical. Sprewell y Casell no se conformaban con su salario por lo que reclamaron una mejora de su contrato. Troy Hudson, un excelente base, no quería estar relegado al banquillo de por vida. A pesar del temporadón de nuevo de Garnett (elegido en el segundo mejor quinteto de la liga), Minnesotta sólo sumó 44 victorias, insuficientes para acceder a los playoffs.
Años de oscuridad en la ciudad de los lobos. Frustración, derrotas, derrotas y más derrotas. La luna no brillaba para estos wolves. Se convirtieron en un equipo del montón. Traspasos erróneos, incorporaciones absurdas y sólo una buena elección, la de Kevin Love en el draft de 2008 intercambiándolo por OJ Mayo.
Kevin Love se ha convertido en un buen jugador con unos promedios impecables. No evitó que su equipo fuera el peor de la NBA la campaña pasada con un ridículo balance de 17 victorias y 65 derrotas. El Target Center tenía un color gris y no precisamente por ser el refugio de los lobos.
La llegada del español Ricky Rubio se hacía esperar tras este decidir quedarse dos años más en la ACB. El “salvador”, como muchos lo denominan, se quedaba en España dejando Minnesotta de lado. Este año por fin se añadió al roster de Rick Adelman.
«Se la va a pegar», «Ricky no es nada del otro mundo», «es mal tirador», «no tiene confianza» y un largo etcétera de críticas ha ido acompañando siempre a este chaval de apenas 20 años. Lo peor de todo es que estas críticas no venían del otro lado del charco sino de su propio país. Muchas moscas no hubieran entrado si nuestras bocazas hubiesen permanecido cerradas.
El de El Masnou debutó y lo hizo a lo grande. Las críticas negativas se convertían en halagos. Hasta Lebron James quien curiosamente estaba viendo un partido de Minnesotta twitteó lo bien que sabía pasarla Ricky. Su entrenador, el público y la prensa americana cayeron rendidos ante las sutilezas de Rubio. Un pase suyo fue proclamado como la jugada del día. Minnesota está de moda en la NBA.
El Target Center ha vuelto a sonreír, no cabe un alma más en el pabellón. No importa tanto la derrota si puedes ver a tu equipo competir a buen nivel. Tres partidos han servido para que la afición de Minnesota griten el nombre de su nueva ilusión: Rubio, Rubio, Rubio.
Foto| NBA.COM