La final de la Recopa Sudamericana de 2017 enfrentaba a Atlético Nacional de Colombia y al Chapecoense brasileño. Uno campeón de la Copa Libertadores y el otro campeón de la Copa Sudamericana, y juntos marcados por la tragedia que afectó al equipo brasileño cuando se dirigía a Medellín para enfrentarse al equipo colombiano en la ida de la final de la Copa Sudamericana.
A finales del pasado año, el mundo del fútbol afrontó uno de los golpes más duro que le han sacudido a lo largo de su historia. Una tragedia difícil de olvidar, y que supuso un hecho que unió a todos aquellos que se sienten partícipes, de una manera u otra, de este deporte. Aquel terrible accidente de avión que provocó la muerte de la mayoría de jugadores del Chapecoense, nos dibujó una cara triste y amarga. Hoy, por suerte, esa melancolía comienza a dejar paso, aunque no es fácil, a una sonrisa aún tímida.
El fútbol es un espacio destinado para la diversión, la alegría y el disfrute. No obstante, en ocasiones, ocurre todo lo contrario, y el horror se apodera de este deporte. Si aún no nos habíamos recuperado de la tragedia vivida con el Chapecoense, en la que fallecieron más de 70 personas, ahora le toca el turno a Angola.
La CONMEBOL ha confirmado que proclama a Chapecoense como campeón de la Copa Sudamericana de 2016. El equipo brasileño conquista el primer título de la historia y ha tenido que llegar de la forma más triste, justo después de una gran tragedia que marcará un antes y un después en la vida de esta modesta entidad de la ciudad de Chapecó.
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