Si la vida da vueltas, un partido de fútbol aún da más. A los 9 minutos el portero turco Volkan Demirel practicamente estaba desterrado de su país. El Sevilla ganaba 2-0 gracias a dos tremendos fallos suyos en dos disparos fuertes pero por el centro de la portería de Dani Alves y de Keita. Fueron dos fallos enormes, impropios de un portero de un equipo de este nivel, ni en alevines se ven dos goles así. En el primero golpeó el balón con los puños para dentro de la portería y en el segundo el balón le pasó al lado de la mano sin hacer ademán ni de tirarse. Los seguidores turcos debieron de maldecir su nombre varias veces al ver como se alejaba el sueño de los cuartos de final.