La labor de entrenador de fútbol no es nada fácil. Dirigir un vestuario, lograr que tus jugadores sigan al pie de la letra tus postulados y que estos se reflejen sobre el césped, puede convertirse en una auténtica odisea. Es por esto que son muy pocos aquellos que alcanzan la élite y, sobre todo, que se mantienen en ella.
Anoche en el Camp Nou se vivió un hecho que quedará por siempre en la historia. La goleada ante Osasuna nos dejó varios detalles. Primero, Messi suma y sigue. Segundo, André Gomes (uno de los hombres más cuestionados de esta temporada por su, para muchos, bajo rendimiento) fue uno de los más destacados tras anotar dos dianas. Situación similar, aunque mucho menos acuciada en cuanto a críticas, ocurrió con Paco Alcacer, que también cosechó un doblete. Sin embargo, y como comentábamos, todo esto quedó en una mera anécdota gracias a Javier Mascherano.
Tras lo sucedido el pasado domingo en el Santiago Bernabéu, la Liga Santander cobraba una nueva dimensión. Las distancias entre Real Madrid y FC Barcelona se reducían, y de qué forma. El liderato pasaba a manos de los culés y, aunque gocen de la ventaja de contar con un partido menos, los blancos de colgaban a su espalda una presión difícil de gestionar.
En las últimas temporadas, uno de los clubes que ha marcado el fútbol nacional, e internacional, ha sido sin duda el Atlético de Madrid. El conjunto rojiblanco se ha abierto un hueco entre los más grandes del viejo continente gracias a sus conquistas y buen hacer sobre el césped. Todo ello se debe al gran trabajo de su técnico, Diego Pablo Simeone, y al talento, orden y disciplina de muchos jugadores. Algunos de ellos, ya ejercían como futbolistas contrastados. Otros, sin embargo, han sido todo un descubrimiento. Este es el claro ejemplo de Saúl Ñiguez.
Alrededor de un equipo de fútbol existen muchas más cosas que lo meramente deportivo y los hechos acaecidos dentro del rectángulo de juego. En torno a él, gira una comunidad entera con una afición incansable e incondicional, y un lugar (ciudad, pueblo, etc.) que hace las labores del mejor de los hogares. En España, son muchos los clubes de fútbol que deben gran parte de su popularidad a su residencia. Uno de ellos es el Celta de Vigo, el cual no está atravesando por los momentos más idóneos, en lo que a aspectos de gestión se refiere, y puede que protagonice un polémico “cambio de aires”.
Su irrupción en el panorama futbolístico fue todo un fenómeno. La calidad y el talento afloraban de sus pies. Es por eso que los grandes clubes europeos no tardaron en llamar a su puerta. Comenzaba una pugna por hacerse con los servicios de uno de los futbolistas llamados a marcar el presente y dominar el futuro. La historia de un fichaje que acabó tintándose de azulgrana. El pasado fin de semana, en el partido disputado ante el Granada, él hacia historia con el conjunto culé. Hablamos de Neymar.
El temporal que azotó nuestro país hace unas semanas, obligó a aplazar algunos encuentros de la Liga Santander. Uno de ellos, fue el partido que medía al Deportivo de La Coruña y al Real Betis Balompié. Un partido que, a priori, no tenía iba a tener mayor trascendencia que lo sucedido sobre el césped de Riazor, pero no fue así.