El bueno de Jahlil Okafor quiere jugar al baloncesto y en los Sixers no lo estaba haciendo. La franquicia de de Philadelphia, la que lo drafteó con el pick 3 del año 2015, no contaba con él y lo han dejado bastante claro: no ejercieron la team option que tenían sobre el jugador y el entrenador del equipo, Brett Brown, lo demostraba a cada ocasión, a cada partido, no dándole minutos.
Hay muchos jugadores en la NBA que llegaron a hacer carrera en la liga sin haber sido drafteados. A la cabeza se nos vienen nombres como John Starks, Ben Wallace o Bruce Bowen, así como J.J Barea, Jeremy Lin, José Calderón o Wesley Matthews, estos todavía en activo. El protagonista de esta historia, Robert Covington, también está ya por pleno derecho en esta lista con ilustres nombres.
Trust the process. Confía en el proceso. Ese ha sido el lema de los Sixers durante las últimas temporadas, lema del que ha hecho gala como nadie uno de los jugadores de la plantilla: Joel Embiid. El pívot de origen camerunés escenificaba como ninguno ese concepto de "confianza", pues dos años después de haber sido elegido en el draft no lo habíamos podido ver jugar.
Los Boston Celtics, ya comentamos gracias a qué jugada, habían sido agraciados con la posibilidad de elegir al número uno del draft de 2017. Sin embargo, los Celtics acabaron intercambiando con los Sixers las posición uno por la tres, en un movimiento que tiene su por qué aunque a simple vista no sea fácil de entender, dando a los de Philadelphia la posibilidad de elegir a Markelle Fultz.
Sin duda alguna, Joel Embiid ha sido una de las sensaciones de lo que llevamos de temporada en la NBA. El jugador nacido en Camerún fue elegido en el puesto 3 del draft de 2014 pero no lo vimos pisar la cancha ni en esa temporada ni en la siguiente, e incluso se llegó a cuestionar la posibilidad de que volviera a jugar al baloncesto por las lesiones.
Cuando hablamos de cómo se presentaba la nueva temporada NBA para los jugadores españoles, con Sergio Rodríguez lo teníamos claro: iba a jugar mucho y hacer números con relativa facilidad, pero no iba ni mucho menos a ayudar a los Philadelphia 76ers a conseguir victorias. Y de momento, con los números y la estadística por delante, estamos acertando.
¿Son los Sixers el equipo con peor suerte en los drafts? Quizá no de la historia, pero si nos ceñimos a los últimos años, la pregunta se responde por sí sola: no sólo no han podido alcanzar el número uno tantas veces como les habría gustado pese a que tanquaron expresamente para ello, ni tampoco están teniendo suerte con sus elecciones.
Los Sixers son un equipo que lleva varias temporadas tankeando, es decir dejándose perder o, dicho de otra manera que no suene tan mal, no haciendo muchos esfuerzos por ganar partidos. El objetivo no era el otro que ser el peor equipo de la liga y ser, por tanto, el que más posibilidades tuviera de elegir al próximo número uno del draft.
Los Sixers van a terminar la temporada sin Jahlil Okafor. Para un equipo destinado a perder no supone ningún contratiempo perder a su mejor jugador en pista, pero para el chico evidentemente es un duro contratiempo el que haya terminado así, por una lesión y a estas alturas del curso, su primera temporada en la NBA.
Lo normal en un equipo que no consiga buenos resultados, o no tan buenos como esperaban o debería, es que se despida al entrenador. O si no lo normal, es al menos a lo que estamos acostumbrados. Pero en Filadelfia nada es normal en estos últimos años y por eso a Brett Brown, el entrenador de los Sixers, no sólo no se le despide sino que encima se le amplía el contrato.
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