Tal día como hoy… Se inauguraron los I Juegos Olímpicos de la Era Moderna

Tal día como hoy… Se inauguraron los I Juegos Olímpicos de la Era Moderna

Escrito por: Roberto    6 abril 2017    3 minutos

El lunes 6 de abril de 1896 se inauguraban los I Juegos Olímpicos de la Era Moderna en el estadio de Atenas, donde ante una multitud de 70.000 espectadores, 285 atletas pertenecientes a 13 países diferentes, desfilaron en la jornada de apertura.

El lunes 6 de abril de 1896, el estadio de Atenas abría sus puertas a las cerca de 70.000 personas que abarrotaron sus gradas, mientras otras 10.000 se ubicaban en las colinas circundantes, para presenciar la jornada inaugural de los primeros Juegos Olímpicos de la Era Moderna.

Un esfile con 285 atletas (197 griegos y 88 de los otros 12 países participantes) abrió la ceremonia inaugural. El rey Jorge I, pronunció la frase: «Proclamo abiertos los Primeros Juegos Internacionales de Atenas, que celebran la primera Olimpíada de la Era Moderna».

El primer ganador de los Juegos iba a ser el norteamericano James B. Connolly, que se impuso en triple salto. Otro norteamericano se llevó la prueba favorita de los griegos, la de disco, fue Robert Garret ante el enfado del público local, logrando al día siguiente también el triunfo en bala.

La natación disponía de tres pruebas, todas ellas de estilo libre y en el mar. El escenario fue la bahía de Zea, en el Pireo. Hubo serios problemas por las inclemencias del tiempo. El húngaro Hajas, ganador en 100 y 1200 metros, llegó a relatar en sus memorias: «Para cubrirme del frío unté mi cuerpo con grasa, pero nada podía hacer para contrarrestar las fuerzas de las gigantes olas. Estaba primero cómodamente, pero sentí fuertes calambres cuando faltaban 400 metros«.

«Busqué una embarcación para protegerme y advertí que a mi alrededor imperaba la soledad. Los barcazas se habían ido. Reviví la visión de mi padre ahogándose en el Danubio, cuando mis brazos no pudieron sostenerlo. Entonces, puse todas mis fuerzas en las brazadas y las patadas. Me impulsaba una supuesta imagen suya tendiéndome sus manos. Y sólo cuando toque tierra volví a la realidad, mientras el público me ovacionaba«.

El día grande de las Olimpiadas sería el de la maratón, donde los griegos esperaban una victoria para resarcirse del disco. Mientras se cubría la distancia entre Maratón y Atenas, se desarrollaban en el estadio las pruebas finales de atletismo, alternadas con las competencias de esgrima y de lucha grecorromana.

Pero el público estaba nervioso, tanto por las primeras malas noticias procedentes de la maratón, como por las repetidas victorias norteamericanas. La bronca se hacía cada vez más intensa, cuando, de pronto, entró un jinete a caballo y anunció la cercanía de los maratonianos, con un griego al frente.

Hubo 37 inscritos, la enorme mayoría helenos, pero solo 25 fueron capaces de recorrer los más de 40 kilómetros de la prueba. Después de tres horas de carrera, el local Spiridon Louis, conocido como el pastor de Marussi, hizo su entrada triunfal al estadio. Los príncipes Constantino y Jorge saltaron a la pista, agarrando al atleta y cubriendo con él los últimos tramos de la carrera. El público enfervorecido invadió la pista.

Como curiosidad a los ganadores de cada prueba se les entregó una medalla de plata, una rama de olivo y un diploma del primer puesto en cada evento. Mientras que a los segundos una medalla de cobre, una rama de laurel y un diploma. Estados Unidos fue el país que más primeros puestos obtuvo (11) y Grecia el segundo (10).

Fuente | espndeportes.espn.go.com

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