El Xerez CD despide al Cuco Ziganda

El navarro José Ángel Ziganda ha sido destituido como técnico del Xerez Club Deportivo. La noticia en sí no resulta novedosa ya que sólo hay que echarle un vistazo a los números del colista de Primera División en esta 17 jornadas: 7 puntos, 6 goles a favor, sólo 1 victoria y como local y seis derrotas en los últimos seis encuentros. Sin embargo, todo apunta a que un suceso ha motivado el divorcio entre club y entreanador.

La dirección deportiva hasta ahora había sido el único apoyo del Cuco, porque parte del vestuario estaba abiertamente en contra, y no digamos la afición. Sin embargo, el navarro se desmarcó alineando a Michel, un hombre con el que hasta ahora no había contado en ninguna convocatoria y que el club quería colocar en este mercado de invierno, un descartado. Resulta curioso que un hecho así sea el detonante de un despido que ya llega muy tarde.

Cierto es que Ziganda no lo ha tenido nada fácil en el Xerez: fichajes que llegaron tarde y mal para completar una plantilla muy corta y descompensada, poco tiempo para preparar la pretemporada y una situación institucional de lo más convulsa. Pero también es cierto que el navarro no ha sabido motivar ni gestionar una plantilla cuya base fue campeona de Segunda División.

El Cuco no contó con esa base y tomó decisiones muy extrañas en los primeras jornadas, pasando jugadores titulares a la grada sin explicación aparante, o sus innumerables cambios de sistema y táctica. Los capitanes y los pesos pesados del vestuario veían los partidos en la grada o desde casa, y esas decisiones normalmente, son como echarse tierra encima uno mismo, sobre todo cuando los resultados no llegan.

Al mando del equipo se queda uno de los secretarios técnicos, Antonio Poyatos. Poyatos es un hombre de la casa, críado en la cantera xerecista y que hizo carrera en Primera División primero en el Logroñés y después en el Valencia, pero sin ninguna experiencia en los banquillos. De todos modos, suenan para el puesto los nombres de los argentinos Lavolpe o Cappa y también los españoles David Vidal o Paco Chaparro, viejos conocidos de la ciudad. Sin embargo, hasta que no se aclare la situación institucional, no es de extrañar que no se contrate a ninguno.

Porque esa es otra. Ahora mismo el club es un barco a la deriva que según Joaquín Morales, su máximo mandatario, «vendido está a un empresario argentino que se llama Federico», palabras textuales. En esas, el equipo lleva desde mediados de diciembre navegando en las turbias aguas de la ley concursal sin nadie que maneje el timón, abocado ya irremisiblemente al descenso a la Segunda División.

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